| Obsesionado por
            el Surrealismo y sus cartas programáticas, Nick
            Zedd
            escribió en 1985, bajo el pseudónimo de Orion Jeriko,
            un manifiesto propio estableciendo los que teóricamente
            serían los principios sobre los que él y sus compañeros
            trabajarían. Es más que dudoso que los demás
            integrantes del Cine
            de la Transgresión se lo hayan tomado con la seriedad que los compañeros
            de André Breton tomaron los manifiestos del surrealismo,
            pero es bastante representativo de las intenciones y el ambiente
            flotantes entre los cineastas underground neoyorquinos
            de la época.
 Nosotros,
            que hemos violado las leyes, mandamientos y obligaciones de la
            avant-garde; es decir, aburrir, tranquilizar y oscurecer a través
            de un desgraciado proceso dictado por la conveniencia práctica,
            nos declaramos culpables ante los cargos.
 Nosotros abiertamente renunciamos y rechazamos el establecido
            esnobismo académico que levantó un monumento a
            la haraganería conocido como Estructuralismo y procedió
            a encerrar a los cineastas que poseían la visión
            para ver más allá de esta farsa.
 
 Nosotros nos rehusamos a tomar su fácil acercamiento a
            la creatividad cinemática; un acercamiento que arruinó
            el underground de los sesenta cuando el castigo de la escuela
            de cine se hizo cargo.
 
 Legitimando cada descerebrada manifestación de realización
            de película sosa obligada por una generación de
            mal guiados estudiantes de cine emulando los fallos de profundamente
            inútiles mediocres como Brakhage, Snow, Frampton, Gehr,
            Breer, etc.; los lamentables centros de artes mediáticos
            y los críticos seniles han totalmente ignorado el innegable
            entusiasmo de los de nuestra clase - los "invisibles"
            del underground como Zedd, Kern, Turner, Klemann, DeLanda, Eros
            y Mare, y Direct Art Ltd., una nueva generación de cineastas
            que se atreven a desgarrar la paralizante camisa de fuerza de
            la teoría cinematográfica en un ataque directo
            sobre cada sistema de valores conocido por el hombre.
 
 Nosotros proponemos que todas las escuelas de cine sean dinamitadas
            y que nunca se vuelvan a hacer todas esas películas aburridas.
            Nosotros proponemos que un sentido del humor es un elemento esencial
            descartado por los temblorosos académicos y más,
            que cualquier película que no cause un shock no vale la
            pena ser vista.
 
 Todos los valores deben ser desafiados. Nada es sagrado. Todo
            debe ser cuestionado y confirmado para liberar nuestras mentes
            de la fe de la tradición.
 
 El crecimiento intelectual demanda que se tomen riesgos y que
            los cambios ocurran en los alineamientos políticos, sexuales
            y estéticos no importa quién los desapruebe.
 
 Nosotros proponemos ir más allá de todos los límites
            puestos o pre-establecidos por el gusto, la moralidad o cualquier
            otro sistema de valores que inmovilice las mentes de los hombres.
 
 Nosotros vamos más allá de y pasamos por arriba
            las ataduras de los milímetros, pantallas y proyectores
            hacia un estado de cine expandido.
 
 Nosotros violamos el mandamiento y ley de aburrir a las audiencias
            hasta la muerte en rituales de redundancia verbal y proponemos
            romper todos los tabúes de nuestra edad pecando todo lo
            posible. Que haya sangre, vergüenza, dolor y éxtasis,
            de una clase que nadie aún ha imaginado. Nadie saldrá
            ileso.
 
 Ya que no hay vida posterior, el único infierno es el
            infierno de rezar, obedecer leyes y rebajarse ante las figuras
            de la autoridad, el único paraíso es el paraíso
            de pecar, rebelarse, divertirse, coger, aprender cosas y romper
            tantas reglas como sea posible.
 
 Este acto de valor se conoce como transgresión.
 
 Nosotros proponemos la transformación a través
            de la transgresión -convertirse, transfigurarse y transmutarse
            hacia un plano más elevado de la existencia para llegar
            a la libertad en un mundo lleno de esclavos ignorantes.
 
 *Publicado originalmente
            en Insomnia Nº58
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