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Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



GUERRA - SOBERANÍA ABSOLUTA - CUARTA GUERRA MUNDIAL - BLOOPER GLOBAL - GLOBALIZACIÓN - EL SATIRICÓN - IMPERIO Y NOVELA - SIGLO XX

En espera de la cuarta guerra*

Amir Hamed
Este ajetreo desilusionado en el que nos movemos aparece prefigurado en un libro de hace 2000 años, tal vez porque corresponde a los cansados dioses de otra paz, la Pax Romana. Se trata de El Satiricón de Petronio, novela de la que sólo se ha conservado una décima parte


El siglo XX fue esa edad en que los humanos alcanzaron la soberanía absoluta: la potestad de eliminarse como especie. Fue también un compendio de visiones catastróficas, aunque cuando le preguntaron a Albert Einstein como habría de darse la tercera guerra mundial, respondió esperanzador que lo ignoraba, pero que sabía a ciencia cierta que la cuarta iba a llevarse adelante con palos y piedras.

Un poco antes, T.S. Eliot, un poeta de buenos modales, había anticipado que el fin del mundo no llegaba con una gran explosión, sino con un suspiro, como verificando que los grandes cierres pueden darse de forma casi clandestina.

Algo de eso se está dando ahora, ya que estamos cotidianamente sobrexpuestos al magno blooper global, que involucra desde accidentes nucleares, cibernéticos o meteorológicos hasta los tropezones que, en sus constantes flujos y reflujos, pueda encontrar el dinero electrónico. Así, la instantaneidad incontrolable lleva a que la caída de la bolsa en Malasia baje la cortina de una panadería italiana en el Bronx, o a que las inversiones prometidas, por ejemplo, para productores agropecuarios, puedan derivar, impensadamente, en fertilizantes para los suelos en que los talibanes abonan sus hipnóticas plantas afganas.

Como se sabe, para continentar la fragmentación incesante del planeta se recurre a la globalización, que es tal vez una fórmula elegante para etiquetar a la atareada Pax Americana.
Este ajetreo desilusionado en el que nos movemos aparece prefigurado en un libro de hace 2000 años, tal vez porque corresponde a los cansados dioses de otra paz, la Pax Romana. Se trata de El Satiricón de Petronio, novela de la que sólo se ha conservado una décima parte.

Es precisamente en lo fragmentario de esta levísima narración donde podemos encontrar, acaso, sus mayores sosiegos y enseñanzas, ya que en este diezmo de obra se atisban, sin inicio y sin remate, sin épica pretérita ni futurible, las idas y venidas de tres buscones que, gracias a imposturas y escarceos sexuales, van transcurriendo por distintos rincones del imperio y quejándose ocasionalmente por la corrupción del mundo.

Nada de epopeya hay en Encolpio, Ascilto o Gitón, pero sin duda estas figuras han ganado la dignidad, que nace con los imperios, de ser personajes de novela y de vivirse, sin grandes expectativas, en primera persona.

Transcurren en la nostalgia de algo que nunca podrán conocer, pero sin rencores, como pasajeros de su edad.
"Yo, siempre y en todas partes, he vivido como si estuviera pasando mi último día, imaginándome que no se va a reproducir otra vez", confesión de un personaje de El Satiricón que sin duda exprime una ética bien latina para mundos instantáneos.

Claro que, en última instancia, no deja de resultar un poco alarmante que, mientras aguardamos los palos y piedras del magno combate avizorado por Einstein, una confesión en una obra remota, rota y pagana esté más cerca de nosotros que la casi totalidad de las proclamas contemporáneas.
 

* Publicado en Insomnia, abril 1998.

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