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ISSN 1688-1672

 



ESTUPIDEZ -

Aprioris para un pensamiento de la estupidez (Pensare stupidus)*

Lucas Scoponi-Cuthbert Cervantes

Homero es un cardenal, un ministro, un obispo, un master, incluso doctor, titular de la cátedra de estupidología e instructor del taller de prácticas estúpidas, monarca, Homero filósofo, el calvo panzón amarillo, su alteza… el representante directo de la estupidez en la tierra

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En el sentido más simple del término una filosofía es un modus vivendi, es una relación entre pensar, ser, hacer y lenguaje. Toda filosofía tiene su propia ética en relación al cuerpo, al deber ser, al pensar, a lo real y lo posible, lo que se siente y cómo se siente, su estética, interior y exterior del organismo – por ello las filosofías también contemplan la ecología de manera directa o indirecta –. Pero no es sólo esa lógica de la particularidad lo que se puede considerar en las filosofías, es más amplio, es lo que se ha venido a llamar ley, es decir, una lógica es como una ley porque delimita lo correcto y lo equívoco, los márgenes, límites, normas y el estado de excepción, lo correcto y lo incorrecto, da un encuadre para lo que está dentro de esa filosofía y lo que queda fuera, en pocas palabras se trata de una forma y cuando uno está en la forma que tiene determinada filosofía entonces uno es adepto a esa filosofía(forma).
 

0.5

Cambiemos forma por pensamiento[1] para evitar confusiones, pero también porque carece de la perversión y el desgaste que sufre decir filosofía, ética, lógica y ley. Aunque en varias ocasiones en este pensamiento de la estupidez su carácter de pensamiento quede tambaleando en la concepción que se tiene de él mediado sobre todo desde el positivismo, porque pareciera que en el pensamiento de la estupidez no siempre se piensa, pero eso es sólo un problema cuando está considerando pensar de manera razonante y no con un lógica propia, como diría Homero Simpson: “No pienso en nada, respeto a los que piensan.” Fuera de los que piensan, Homero piensa; muy a su manera, a su propia lógica, con su propia ética, siguiendo su filosofía, en un pensamiento de la estupidez. Homero el filósofo.
 

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Es necesario no hablar del pensamiento de la estupidez de una manera estúpida, mucho menos decir de él puras estupideces.
La estupidez, ante todo, aparece como una especie de polo inverso con la Razón Ilustrada. Aunque si bien hay diferencias plantearlo en términos de contrario sería riesgoso pues hasta la estupidez tiene sus razones aunque no razone de ellas ni de sus consecuencias, tiene la cualidad de que su razón sea irracional. Por ello valdría mejor llamarle pensamiento que razón, aunque lo idóneo sería no usar ninguna de esas dos palabras pues la estupidez no piensa ni razona en los términos y acepciones con los que han sido definidos esos conceptos, ya que para la estupidez los diccionarios, cuando menos, son aburridos, porque son de otra postura, de otro lenguaje, de otro dogma que no es compatible. Se trata de dos formas, de dos tipos de filosofía, de ética, así como hay una filosofía en los estoicos, en los epicúreos, una filosofía acética, filosofía judeo-cristiana, menonita, hippie, budista, maoísta, hindú, zen, confuciana, comunista, una filosofía en el “preferiría no hacerlo” de Bartleby, en Sade, en la vida sexual de Catherine Millet, la Filosofía de la A a la Z de Warhol. Y todos tenemos más de una. Combinatorias de pensamientos en un mismo organismo que permiten liderar con el mundo, como el Dr. Jekill y Mr. Hyde, cada uno logra hacer cosas diferentes, tienen posturas desiguales ante un mismo elemento, discrepan pero también pueden asemejarse sus posicionamientos. En el caso del Dr. Jekill y Mr. Hyde existe un punto intermedio, el momento de transición el cual pudiera pensarse también en términos de ética, esos momentos poco explorados de lo neutro por combinatoria donde lo más avanzado se sitúa en aspectos de sexualidad: Queer, transexual, andrógino los cuales son como la transición prolongada hacia un polo. Pero en el Dr. Jekill y Mr. Hyde el intermedio causa estática del cuerpo mientras se transforma; no piensa ni como uno ni como otro, no decide, no hace, grita y se queja de dolor, para que interactúe con el mundo debe renunciar a una de sus dos personalidades, negando el dominio de la otra, pasar de Dr. a Mr. y viceversa. Error, pues ese punto medio puede tener su propia ética, lógica, filosofía, es también un pensamiento que no por carecer de atención quiere decir que no exista, lo hace, pero es una forma extraña, llena de incertidumbre y provoca el eterno miedo de los científicos: que los conceptos se reformulen, que tiemble la estructura y no haya lugar donde moverse, como hace el transexual o cierto arte de frontera. Filosofías que influyen sobre filosofías, pensamientos sobre pensamientos.
 

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Hablemos de cierto pensamiento: el pensamiento de la estupidez, el cual no es figura de en-medio sino una forma polar, pero con él – como con muchos otros pensamientos – podemos establecer mutaciones que son posibles gracias a cierta posibilidad de confluencia y de la misma manera cuando esa confluencia no pueda ocurrir simplemente tendremos que optar por una polaridad.

El estúpido causa problemas a la Razón Ilustrada y ésta se tensa, se molesta, se inquieta, enoja, descalifica a la estupidez seguramente como empleo de un mecanismo de defensa. Por otra parte a la estupidez lo razonable, lo lógico e incluso el orden social le son aburridos cuando se trata de otro pensamiento con el cual no comparte afinidades. El estúpido nos invita a redefinir el diccionario en algunos de sus conceptos, pero lo más apocalíptico para la ciencia es que el estúpido pida su propio lugar, su propia historia, la cual no puede sino ser escrita por estúpidos, porque un científico no sabría de ello, como preguntarle a un filósofo sobre otra filosofía que no conoce, otro pensamiento en el cual no está, porque pensar es estar en cierta parte, es tener cierta forma y cuando no se está en ella simplemente a lo más que se puede aspirar es a los recuerdos. Como en la paleta donde podemos combinar colores para dar origen a nuevos colores, aunque en algunos casos el carmín y el terracota serán rojo para un ojo que no es capaz de notar la diferencia porque tal vez tampoco se cuente con las palabras para ello.
 

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Ser estúpido no evita crear, el problema es que esos inventos parecen salidos de otra dimensión, en buena medida porque el estúpido se encuentra en otra atmósfera, como ejemplo las creaciones de La pistola automática maquilladora y La alarma todo está bien, los cuales son desconcertantes para el resto de la familia Simpson porque ellos no son estúpidos o por lo menos no al grado como lo es Homero pues Bart reacciona bastante bien ante algunas de esas creaciones como El sillón para perezosos. Y es que dentro de las posibilidades de ser estúpido está sorprenderse por cosas que parecieran tener un dote de insignificancia como una caja vacía que se convierte en el juguete momentáneo más entretenido, teniendo Homero una actitud infantil, de hecho llega a poseer cierta semejanza el pensar como infante y el ser estúpido, comparten la simpleza, la percepción de lo absurdo como un universo de sorpresa. Un estúpido no ve el vaso medio vacío, lo ve medio lleno, sin evitar que el mismo estúpido pueda exagerar las cosas cayendo en lo absurdo. Maravillarse por la insignificancia e incluso justificar que un puerco no deba ser matado porque lleva sombrero. Argumentos estúpidos, pero argumentos.
 

3.3

Un gran error de la psiquiatría ha sido igualar al loco con el estúpido. Ya que no todos los locos son estúpidos y no todos los estúpidos están locos, como prueba de ello la lucha de Homero contra su estupidez da un resultado negativo a la estupidez; díganme un caso similar donde un loco luche contra su locura y gane la razón, pues si puede hacerlo entonces no está loco sino que simula su locura. Por ello es filosofía, es ética, es pensamiento del cual se desplaza para escapar en algún momento y hacer cosas que vayan en contra de su postura, toma momentos de excepción, sale de su forma y toma otra en pos de supervivencia, porque de lo contrario no habría motivo para pensar desde otra perspectiva. Incluso la estupidez de Homero tiene un complemento orgánico a la par de llamado gen Simpson; el crayón que le presiona el cerebro y que cuando es retirado Homero pierde su particularidad, se vuelve un intelectual a costa de perder su dote propio, su forma, sale de ese pensamiento por un momento para finalmente regresar no sólo por una felicidad propia sino también porque la alegría propia y la de su familia. Y es que ser feliz y ser estúpido no están peleados y dudosamente lo estarán siendo estúpido a la manera de Homero, porque es una decisión, no un castigo. De hecho, hay cierta sabiduría formal o convencional en el estúpido; Homero es un profesional, fue universitario, sabe de ciencia, pero prefiere ser estúpido.
 

3.6

Para el estúpido tres dolores ganados de forma estúpida son más valiosos que diez ganados en el trabajo formal, demostrando que el dinero para los estúpidos no es importante en cantidad sino en la manera como se gana, fiel a su lógica será una constante la búsqueda de modos de generar riquezas que sean estúpidos como ganar centavos en la venta de grasa luego de gastar dólares para comprar tocino. Es toda una significación propia en relación a los objetos.
 

3.7

Resulta necesario aclarar que no se debe confundir al filósofo con su filosofía; Homero no es la estupidez, así como un fraile no es la ley cristiana. Se trata de encarnantes, de representantes, de personajes ejemplares para ese pensamiento. De la misma manera no hay que confundir a Homero con Barni, porque el segundo es un alcohólico, no un estúpido, por ello cuando no está tomado es un personaje ejemplar para la comunidad, tiene múltiples éxitos, aunque su adicción le hace ser un tipo de pocas palabras y sin muchas pretensiones, dos cosas que no comparte con Homero. No obstante Homero es un ejemplo para Barni, de hecho se le puede considerar un seguidor de la iglesia homérica simpsoniana.
 

3.9

Para Ned Flanders Homero acalla la pequeña voz que le dice piensa, una voz que define como el sentido común, porque quizá sea eso: Homero como un hombre que no escucha el sentido común, que no piensa, que debe ayudarse poniendo su atención en algún aparato o actividad cualquiera porque el silencio le da condiciones para pensar y él no quiere, busca huir, su lógica es otra, no es una lógica común. Porque un estúpido debe tomar decisiones impulsivas y sin preocuparse por la coherencia, sin prever los resultados o no inquietarse por ellos. Haciendo las cosas incluso con las mejores intenciones pero con resultados no siempre benéficos.
 

4

El tonto simula su torpeza, el estúpido vive en estupidez.

Un stupidus para la Real Academia de la Lengua Española se relacionará con la torpeza, con la necedad, con la falta de inteligencia y con lo estupefacto, a su vez con lo atónito y lo pasmado, es decir lo inmóvil o por lo menos con la dificultad para moverse que implica ser torpe. Vecino de la tontera como escases de entendimiento, de razón e incluso como pesadez, molestia, ser absurdo, risorio más que tristeza. Y la necedad como brutus; violencia, animal, salvaje, lo tosco. Y el ignorante como aquel que no tiene noticias de algo, la ignorancia: aquella falta de ciencias, de noticias y de letras e incluso desconocer la ley. Y el idiota como el que carece de toda instrucción. En todos ellos hay algo del estúpido o el estúpido comparte con ellos lenguaje y perspectiva en algunos casos mas no en todos porque entonces serían lo mismo y no es así.

El estúpido es feliz en su estupidez, por su parte el tonto usa esa simulación como estrategia para conseguir un objetivo. Homero puede ser tonto a ratos, como puede ocurrirle a cualquiera pues todos somos susceptibles de caer en la torpeza, pero se necesita conocer y aplicar el pensamiento de la estupidez para ser estúpido y no tanto atenerse a la situación azarosa de la torpeza e incluso la ignorancia.

Para la mayoría de las personas este conjunto de distinciones no son hechas o no son necesarias de hacer, en buena medida aquello responde a que se trata de lenguajes problemáticos y de allí la escapatoria con una generalización, como se verá en las siguientes frases la estupidez es amplificada – erróneamente – y su velo cubre a otros pensamientos bajo el argumento de una semejanza. Albert Einstein dice: “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”, por ello la estupidez sería una cosa infinita, ¡tanta importancia tiene! Pero la estupidez también puede ser bendita: “Una mujer amablemente estúpida es una bendición del cielo(Voltaire). Es apariencia y también puede ser negada o disimulada para Francisco de Quevedo: “Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo aparecen”. Humano y estúpido como una sola cosa además de ser carácter único del humano: “Estupidez humana. Humana sobra, realmente los únicos estúpidos son los hombres(Jules Renard). La estupidez triunfa para Johann W. Goethe: “Contra la estupidez hasta los dioses luchan en vano”. Y también lo hace para Jean de la Fontaine pero a partir de ser moda: “Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda”. Y seguirá diciendo: “La estupidez insiste siempre(Albert Camus).

Todos estos – creo yo – no pretendían ser estúpidos y eso es un problema para hablar de la estupidez desde sí misma. Quizá también por eso la definición de stupid en el Dictionary of Oxford es “Showing a lack of thought or good judgement”, depositando la fuerza en la ausencia.
 

5

Peter Griffin es un seguidor del pensamiento de la estupidez; fiel creyente y practicante con su propia familia y propios escenarios donde pone en operación la filosofía homérica, junto a su hijo mayor quien sigue sus pasos en pos de ser como el maestro. En contrapeso de la balanza el perro Bryant siempre se mostrará como inconforme, tendrá un pero para todo.

De la misma manera Bart es un adepto, de hecho lleva el gen Simpson que “afecta sólo a los hombres” aunque la estupidez no pudiera reducirse a un carácter de la genética, Bart es un discípulo directo. A él gustan algunas cosas que hace Homero como los inventos e incluso lo apoya en varias situaciones haciendo las veces de cómplice, pero con otras discrepa, porque está en desarrollo, crece y aprende de los errores, su sensibilidad – presente en toda filosofía – aún no se desarrolla al mismo nivel que Homero y por ello algunas acciones y decisiones le parecen fuera de razón porque hasta cierto punto lo están. Pero tiene disposición para aprender y eso lo aleja del resto de personajes en modulaciones de modo que Homero puede tener concordancias con la parodia que se presenta de Mel Gibson, Cletus del Roy, Barni, el profesor Brinco y con el jefe Gorgory e incluso Ralph, porque la estupidez – y esto es algo que comparte con ciertas locuras – puede ser contagiosa.

No se trata sólo de juegos intertextuales entre personajes; va más allá de decir que Peter Griffin es un homero no amarillo. Se trata de pensamiento, de filosofía que se retoma como sombra para producir, ¡demos cuenta de la existencia de la estupidez en la cultura de masas, presente más allá de los dibujos animados!         

5.9

Homero es un cardenal, un ministro, un obispo, un master, incluso doctor, titular de la cátedra de estupidología e instructor del taller de prácticas estúpidas, monarca, Homero filósofo, el calvo panzón amarillo, su alteza… el representante directo de la estupidez en la tierra.
 

Nota:

[1] Así como se está en una forma también se puede decir que se está en un pensamiento, de hecho para Charles Pierce uno no tiene pensamientos sino que está en cierto pensamiento, así como se dice que un cuerpo está en movimiento.


* Publicado originalmente en revista Amadeus y Nod. # 10. Enero de 2009. Traducción del inglés al español por Adela Cervantes Zauman * algunas referencias han sido traducidas a sus versiones correspondientes en el castellano.

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