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Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



LIBERALISMO/ANTILBERALISMO - CARNAVAL - PUEBLO - RAZÓN VS VERDAD - LADRILLO -


A ladrillazos*

Aldo Mazzucchelli
Las actitudes liberales y anti liberales cortan sin ningún orden previo a quienes se autoidentifican con las más varias identidades partidarias, políticas, religiosas.En cambio, no es difícil percibir al liberal por su actitud juguetona y discutidora y su abandonarse a la razón, y al anti liberal por su énfasis obsesivo con la Verdad y el Bien


La diferencia entre el liberalismo y el anti liberalismo es, como todas las diferencias binarias producidas por la mente, una diferencia que se supera a sí misma al ser formulada, dejando como residuo algunos sonidos, briznas de pasto, fierros viejos y esfuerzos dialécticos que son arrastrados en vaivén por la mar. En esto último consiste su historia, y lo único que se ve son, acaso, esos residuos de su superación.
Arrebujándonos cómodamente en ellos, en esos debris de la Razón que está muerta a la izquierda del Padre, cual hurgadores posmodernos de exquisitos cadáveres modernos, veamos algún episodio.

Por ejemplo, el amigo Faig Garicöits observa la carnestolenda, y constata que se trata de un ejercicio colorido y cacofónico del imaginario anti liberal. Como buen liberal, Faig va, y lo publica. Como quien dice: "consideremos esto, considerémoslo atentamente, demostradme mi error".

Recibe respuestas de variado tipo, que en su totalidad parece que consideran al carnaval una maravilla artística y libertaria, y al liberalismo una categoría político ideológica (cuasi-partidaria) que atribuyen a La Derecha.

Pero ¿cómo puede hacerse semejante identificación liberal/ antiliberal con izquierda/derecha, o con derecha/izquierda? Las actitudes liberales y anti liberales cortan sin ningún orden previo a quienes se autoidentifican con las más variadas identidades partidarias, políticas, religiosas -y futbolísticas-.
En cambio, no es difícil percibir al liberal por su actitud juguetona y discutidora y su abandonarse a la razón, y al anti liberal por su énfasis obsesivo con la Verdad y el Bien.

Para mostrar la contradicción, digamos que una columna de respuesta al artículo de Faig -hasta podríamos admitir que no es una columna de vocación anti liberal- se publica sin embargo en un periódico que

explícitamente se identifica con la 'izquierda',
que explícita y mayoritariamente se identifica con el EP,
que explícita y mayoritariamente se identifica con Tabaré Vázquez, que implícita y mayoritariamente se identifica con la verdad encarnada en el pueblo,
que mayoritariamente se identifica con todo lo bueno, lo puro y lo incontaminado por el poder (por ahora).

Observe el lector que esta retahila de sentidos atribuidos en la cual imaginariamente el periódico se inscribe constituye una suerte de pirámide o cono -¡Ave, Bernhardt!- anti liberal. Que es antiliberal se puede ver en su estructura de vocación vertical - y por cierto, para nada esto significa que lo anti liberal se concentre en la izquierda -.

C o n v i e n e n a l l i b e r a l i s m o, e n c a m b i o, d i s c r e t o s y p r o v i s o r i o s e n s a y o s d e o r d e n, a d o r n a d o s c o n v a s t a s e x t e n s i o n e s h o r i z o n t a l e s e n q u e l o s
e s p í r i t u s p u e d a n c o m e r c i a r, n e g o c i a r, i n t e r c a m b i a r, h o l g a r, p a c e r y r e f l e x i o n a r p e r i p a t é t i c a m e n t e.

Es propia del anti liberalismo
la construcción de estructuras
legitimadoras de fábrica mo-
numental. En lugar de dudar,
afirman, fundan, y tienen cla-
ro a dónde van a paso firme.

(Ay! Casi nunca llegan allí donde van, porque la vida es traidora. Pero no dejan de intentarlo, guiados por un absoluto afán de seguridad.)

La primer actividad del que se asegura consiste en hacerse fuerte, y hacerse fuerte consiste en construir murallas y proveerse de proyectiles.

Para ambas cosas sirven ladrillos. En la construcción de esas murallas, no importa que los ladrillos usados sean falsos o absurdos. No comporta inmoralidad, para el talante anti liberal, acusar a su enemigo de lo que no es, ni fue, ni será.

No importa inmoralidad confundir al lector diciéndole que un liberal que plantea honestamente una idea es asimilable a un mandamás de la dictadura. El saber anti liberal no es duda, diálogo, sino ladrillo útil para el anti liberal. Lo construye, lo cocina, y lo usa a su mejor arbitrio. Lo anti liberal da una clase de pensador cuyas ideas son sus esclavos: no las respeta, no las conoce, no les paga: las usa como le viene bien, sin dar cuenta a nadie.

Mientras tanto, observando cómo el viento de la historia - que ya no sopla, y es una típica metáfora del anti liberal usada para decretar la obsolescencia de quienes no piensan como él - nos camina por encima -a nosotros, y también a los murgueros anti liberales, que los hay-, construyamos caligramas en honor a su majestad última, que no es la Verdad, sino la música.


* Publicado originalmente en Posdata Nº 104

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