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ISSN 1688-1672

 



BATMAN -

Batman en el cine*

Rodolfo Santullo
Los rumores de una nueva secuela de Batman en el cine llegan al punto de arriesgar los créditos del nuevo filme


Batman es un personaje que ha tenido infinidad de versiones: se han hecho decenas de ensayos, más o menos felices y en todos los campos; Batman ha sido historieta, dibujo animado y también protagonista cinematográfico. En esta nota se analizan los cuatro últimos intentos de pasar a Batman al cine.


Batman


Corría el año 1989.
Batman cumplía exactamente cincuenta años de vida, y era llevado nuevamente a la pantalla grande, en una superproducción de la Warner Brothers a cargo de los productores Peter Gruber y Jon Peters, responsables de películas como El Color Púrpura, Las Brujas de Eastwick, Gorilas en la Niebla o Rain Man. Los productores, que habían iniciado el proyecto en 1979, encontraron en Tim Burton al director capaz de plasmar sus ideas en celuloide.

Burton le dio un giro al personaje, alejándolo de la espantosa serie de los sesenta y acercándolo a la versión oscura y actual de los cómics: un Batman gótico y sombrío, un oscuro vengador de la noche. La película hizo énfasis en la tortuosa psicología de Batman/Bruce Wayne, quien a los ocho años vio morir a sus padres y desde entonces se ha dedicado obsesivamente a la imposible tarea de erradicar el crimen.

Batman se volvió serio y adulto sin perder su dimensión de aventura, y el filme mostró la locura del Joker y a una Ciudad Gótica en primer plano, bajo el magistral trabajo del lamentablemente desaparecido Antón Furst.
Con un acertado elenco -el polémico Michael Keaton como Batman, el excelente Jack Nicholson como El Joker, la sensual Kim Basinger como Vicky Vale, y un buen equipo secundario donde se asomaba el veterano Jack Palance- Batman fue la mejor versión cinematográfica del personaje homónimo, gracias también al guión de Sam Hamm, que manejaba prolijamente la acción, llevaba la trama hacia adelante y hacia atrás, y culminaba con un brillante desenlace.

La película fue un gran éxito tanto para la crítica como para el público y, claro está, la secuela no se hizo esperar.


Batman vuelve



Dado el suceso anterior, pocos cambios fueron implementados por los estudios para Batman Vuelve: Peters y Gruber repitieron como productores, Burton como director, Hamm como guionista y Keaton como Batman.
Aunque esta película fue levemente inferior a su antecesora, era como ver un nuevo capítulo, y con un alto nivel actoral otra vez: se lucían Danny de Vito como El Pingüino, Michelle Pfeiffer como
Gatúbela y Christopher Walken como Max Schrek -un perverso millonario que es el centro de la compleja trama. Y de nuevo la psicología de los personajes cobraba importancia: Gatúbela pasaba de tímida secretaria a peligrosa ladrona, y el deforme y repudiado Pingüino se transformaba en el posible alcalde de Ciudad Gótica.

Una vez más, el nivel de las recaudaciones fue excelente, al igual que las críticas, y no tardó en llegar una tercera parte. Y ahí fue cuando todo empezó a salir mal.


Batman eternamente


Una medición realizada por la Warner Brothers durante la exhibición de Batman Vuelve demostró que la mayoría del público correspondía a una franja etaria de entre 18 y 35 años. Esos datos, sumados a la
erótica composición de Michelle Pfeiffer como Gatúbela, motivaron el deseo de cambiar la versión sombría y dark de las dos primeras películas por otra más suave, que captara al tradicional público infantil del estudio. La idea era, de todas formas, no perder en el proceso a los espectadores mayorcitos.

Lamentablemente, no resultó. Para empezar, se eligió un nuevo director: el afortunado ganador fue Joel Schumacher -responsable entre otras de la excelente Un día de Furia, con Michael Douglas. En Batman Eternamente, Schumacher demostró cómo un director puede prescindir totalmente del buen gusto y el enfoque personal para cumplir con las exigencias del estudio, dejando atrás toda la estética gótica que Burton había trasladado de los
cómics al cine, y creando una psicodélica imagen del personaje, similar a un delirio de LSD en los sesenta: colores chillones, autos que subían por las paredes y diálogos tontos fueron el resultado.

Por otra parte, Schumacher no llegó a un acuerdo con Keaton, de modo que éste último no repitió como Batman, sino que fue suplantado por Val Kilmer, actor que, a pesar de tener buenos antecedentes, jamás consiguió dar correctamente con el papel. Schumacher buscaba reformar de manera total el mito de Batman, así que introdujo a Chris O´Donnell en el papel de Robin -ignorado por Burton en sus dos películas-, a Nicole Kidman como la nueva pareja del encapotado, y a Tommy Lee Jones, quien pudo escapar de la mediocridad del filme para lograr a un Dos Caras más que contundente. El mayor error de este filme fue la elección de quien interpretaría al Acertijo: Jim Carrey. Carrey, imitador del para nada imitable Jerry Lewis, buscó hacer de Batman Eternamente su película, conformando a un Acertijo rayano en la idiotez, con rasgos exagerados de tal forma que ya no se trataba de Carrey interpretando al Acertijo sino de Carrey interpretándose a sí mismo, como lo hace en
(casi) todas sus películas.

Las críticas fueron tolerantes con esta nueva versión que motivó una moderada afluencia de público. El resultado entonces fue mejor que el que la película se merecía.

Batman y Robin


La cuarta secuela fue también dirigida por Schumacher, y adoleció de los mismos defectos que la tercera versión -pero aumentados. Nunca Batman en el cine se vio tan cercano a la serie de los sesenta interpretada por Adam West, con la importante diferencia de que esa serie era una comedia y Batman y Robin buscaba ser una interesante película de aventuras.

Los personajes fueron simplificados hasta el punto de resultar sosos y atontados. El prolijo actor George Clooney fue el encargado de personificar a Batman -parece que el estudio no quedó conforme con Kilmer-, pero no logró tampoco dar con el papel, tal vez porque poco se podía hacer con ese libreto. O´Donnell volvió como Robin, y una nueva camada de personajes se hizo presente: Batichica
(interpretada por Alicia Silverstone), Mister Frío (Arnold Schwarzannegger), y Hiedra Venenosa (Uma Thurman). Éste último fue el único papel digno de comentario de todo el filme, dado que fue el único logrado de una manera convincente.

Salpicada constantemente de frases ridículas
(del tipo de: "Soy Batman, Mister Frío, y tú estás congelado"), la película consistía en una anodina sucesión de hechos que no interesaban, tomándose la libertad, además, de convertir a Bane, un importante villano en los cómics, en un vulgar ayudante cuyos diálogos se reducían a un par de gruñidos. El esquema se repetía hasta llegar a un supuestamente espectacular final donde los malos recibían una reprimenda moral y se arrepentían como es debido de sus pecados, y al final todos felices.

El filme fue un rotundo fracaso tanto en Estados Unidos como en los demás países en que fuera exhibido, y las críticas fueron tan aplastantes que Batman y Robin compitió con Hasta el Límite por el dudoso honor de ser la peor película del año.

¿Batman 5?


Los rumores de una nueva secuela de Batman en el cine llegan al punto de arriesgar los créditos del nuevo filme: se dice que Schumacher no lo dirigirá, pero no se ha revelado quién será el director entonces; Clooney tampoco repetiría como Batman sino que sería suplantado por David Duchovny
(Archivos X), John Travolta (¿?) o el más acertado Kurt Russell; O´Donnell sería nuevamente Robin; no se sabe si Silverstone interpretaría a Batichica; se comenta que Harvey Keitel será El Espantapájaros y que Mira Sorvino encarnará al interesante personaje de Harley Queen.

Sólo queda esperar
(o temer) este estreno.

* Publicado originalmente en Posdata

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