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CÓMIC - ANTIHÉROES Y MARGINALES - BIEN/MAL - WOLVERINE - HITMAN -


El bien y el mal en el cómic*

Rodolfo Santullo

Los marginales son aquellos cuya propia condición los aparta de los juicios de bien y mal. Pero están aquellos que en cierta manera impulsan el bien, aunque sus métodos puedan ser equiparados a los mismos actos que intentan detener


Los buenos y los malos. En el cómic, la línea divisoria entre el
bien y el mal es un trazo grueso que divide aguas: como si todo fuera en blanco y negro, los caracteres se manejan con claras motivaciones e inequívocas acciones. Sin embargo, existen algunos personajes que se mueven en una ambigua zona gris que resulta por lo menos interesante; esta nota explora algunos de esos matices.


Al margen de la existencia de una obra como Watchmen, que a fines de los 80 mostró a
superhéroes tridimensionales, personas debajo de las máscaras, con defectos y virtudes como cualquier hijo de vecino, el bien y el mal han estado claramente definidos en el cómic de superhéroes. En Watchmen, una de las obras maestras del cómic mundial -creada por Alan Moore y Dave Gibbons-, no existía el blanco y negro, sino que todo era un continuo gris: ni buenos ni malos, los personajes eran simplemente personas y así funcionaban, acertando, equivocándose, dudando, decidiendo. Pero eso era Watchmen.

Lo más común son los personajes tan claros y definidos como Superman o el Capitán América, para quienes el bien y el mal no es en absoluto un problema; aún cuando dudan, todos sabemos que sus acciones finales serán las más nobles y correctas. Ellos caminan del lado de los ángeles, y con ellos la mayoría de los protagonistas: aunque
Batman contenga zonas oscuras, o Spiderman tenga crisis existenciales, sus resoluciones serán tan adecuadas como todos esperamos.

Pero entre estos personajes y sus contrapartidas -sujetos tan malvados como Lex Luthor o el Joker, cuyas acciones sabemos que siempre serán lo más incorrectas posible- existe un área gris poblada de diversos caracteres, a quienes su manera de ser o su entorno los confinan a una existencia diferente. Ni malos ni buenos, son la variante "dura" de los universos de superhéroes: son
marginales o antihéroes.


Marginales

Si marginal es aquel que está más allá del margen u orilla (definición del pequeño Larousse ilustrado), en el mundo superheroico un marginal es aquel que no juega con las reglas que la sociedad le impone, o aquel al cual su propia forma de ser lo aísla del resto. No son muchos los personajes que así les tocó vivir, y aunque originalmente grupos como The Doom Patrol o los X-Men eran marginales por definición (el primero formado por superpoderosos fenómenos dignos de un circo y el segundo por mutantes), desde que fueron creados en los 60 hasta nuestros días han sufrido tantas interpretaciones diferentes que su calidad de marginales es sólo un recuerdo difuso.

Sin embargo, los personajes marginales existen: uno de ellos, probablemente quien sea el marginal por definición, era visto en la
TV, protagonizado por Bill Bixby o Lou Ferrigno alternativamente: el increíble Hulk. Sufrida es la vida del doctor Bruce Banner: luego de un accidente quedó afectado por rayos gamma y ahora cada vez que estalla en furia da paso a un monstruo verde de más de tres metros que destruye todo a su paso (para peor, cuanto más se enoja más poderoso es).

Impotente a la hora de anular el proceso, Banner se convierte en un paria que viaja incesantemente, en busca de la cura que él mismo no puede encontrar, y ante arrebatos de ira se transforma en Hulk y nada queda en pie. Perseguido constantemente por el ejército, y distintos grupos de
héroes, el gigante esmeralda sólo quiere que lo dejen en paz, cosa que rara vez sucede. Los conceptos de bien y mal con Hulk no son aplicables, puesto que actúa básicamente por instinto de supervivencia ante las amenazas que lo rodean, y para Banner sólo queda contemplar las catástrofes que se suceden.

Otro ejemplo es Spawn, alguna vez conocido como Al Simmons, un mercenario al servicio del gobierno de EEUU que es traicionado por sus patrones y asesinado por su compañero. En el infierno realiza un pacto: a cambio de ver una vez más a su mujer, guiará a las tropas infernales contra el cielo en la batalla final. Vuelve a la vida convertido en un horror abominable y sobrevive, apartado del mundo, buscando engañar de alguna forma al demonio y vengarse de quienes lo traicionaron.

En teoría esto suena bárbaro, pero Todd McFarlane, creador y
artista del personaje, parece no saber qué hacer con él y lo introduce en batallas superpoderosas para luego darle un tratamiento realista que no cuadra con lo hecho anteriormente. Pero en origen Spawn es un marginal: está jugando un juego más importante que el de detener al crimen, y sus acciones así lo demuestran: mata a quien se cruce en su camino (por supuesto que inocentes nunca) y su fin le importa definitivamente más que los medios.

Un tercer personaje que es marginal pero de una manera sustancialmente diferente es Question. Vic Sage es un periodista de Hub City que alterna sus noches de reportero con una máscara y una lucha contra el crimen. Nada original en teoría, pero las reglas de Hub City son otras, la ciudad es un caos de crimen y miseria que ningún hombre puede detener, y Question, en el ojo del huracán, sólo puede ser un espectador o testigo de cómo la ciudad progresivamente se destruye a sí misma. Como cualquier otro, puesto que Question no es más que otra persona del montón. Es su calidad de humano la que lo vuelve un marginal; Question es uno de los personajes más realistas que el cómic ha dado a luz. Ni bueno ni malo, simplemente un hombre más, Vic Sage es el mejor ejemplo de la dualidad de un personaje en el cómic.

Los marginales son aquellos cuya propia condición los aparta de los juicios de bien y mal. Pero están aquellos que en cierta manera impulsan el bien, aunque sus métodos puedan ser equiparados a los mismos actos que intentan detener. Se trata de los antihéroes.


Antihéroes

A menudo tan odiados por los otros héroes como por los criminales, los antihéroes marcan un sendero distinto a la hora de realizar sus "buenas" acciones. Para esta clase de personajes las cosas se hacen a fuego y plomo, y quienes los desafían saben que los enfrentar la muerte encarnada; una calavera en el pecho o unas filosas garras son lo último que ven.

Uno de los antihéroes más mencionados es Wolverine -
mutante miembro de los X-Men- cuya definición ha variado tantas veces ya que es imposible clasificarlo. Cuando Wolverine encuentra un objetivo sólo muerte y sangre queda entre el blanco y él. Claro está que se trata siempre de criminales, pero la diferencia la marca en cuanto a su manera de deshacerse de ellos: si Batman los golpea y los deja hechos un prolijo paquete para la policía, Wolverine los destripa -literalmente. Se ignora qué idea tiene este personaje acerca del bien o el mal; al parecer carece de reflexiones internas sobre estos temas. Él mata, y punto.

Personaje que tiene muy claro qué hacer con los criminales es Punisher (literalmente 'Castigador'). Desde que su familia fuera asesinada por la mafia, Frank Castle, un ex marine, se ha dedicado a la tarea de eliminar a cuanto delincuente se cruce en su camino, sin tregua ni pausa, y sin demostrar la menor compasión (mata a quienes se rinden inclusive). Le ha declarado la guerra al bajo mundo, y no toma prisioneros.

La lista de antihéroes es bastante larga -cuando estuvieron de moda, todo el tiempo surgía uno nuevo más cruel que los anteriores. Se puede incluir a Ghost Raider
(el demonio de la venganza, duro e implacable), Vigilante (uno de los mejores), Lobo (un asesino inter galáctico, para resumirlo en pocas palabras), y hoy día hasta Aquaman. Pero los nuevos tiempos sólo han generado otro antihéroe digno de mención: Hitman.

Hitman es un asesino a sueldo con la particularidad de contar entre sus habilidades la telepatía y una visión de rayos X, además de tener una gran cantidad de balas y un código moral: no mata inocentes. Cargado de un grueso humor negro, este antihéroe se pasea masacrando todo a su paso, con una única idea: esto es como sacar la basura o cepillarse los dientes. No siente culpa jamás.

Ocurre algo peculiar: tanto marginales como antihéroes están del lado del bien puesto que ningún marginal es criminal
(salvo quizás Magneto, de los X-Men), ni existen anti villanos. Parece ser que la condición de zona gris sólo está permitida para los chicos buenos, y todos, no importa su grado de oscuridad y en distintas formas, hacen el bien. Triunfan. Quizás sea demasiado complejo un acercamiento a la zona gris viniendo desde el negro. Tal vez en los cómics no exista redención para tipos como Lex Luthor o El Joker. Pero qué demonios, a todos nos gusta ver ganar a los buenos, sin importar en qué parte del espectro blanco-negro se paseen.

* Publicado originalmente en Posdata

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