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ISSN 1688-1672

 



TERRORISMO - PODER VIRAL - CRUZADAS - EDAD MEDIA - VIOLENCIA BIOLÓGICA -

Terrorismo del poder viral*

Arthur Kroker y Marilouise Kroker
El poder viral es precisamente terrorista porque ocupa sólo el imaginario territorio de cambio simbólico. El éxtasis religioso de un repentino, inesperado y devastador golpe contra la capital simbólica del imperio estadounidense: la trinidad del World Trade Center, el Pentágono y las aerolíneas de América

El siglo XX transcurrió bajo el signo del superpoder nuclear: una guerra fría con confrontaciones políticas de bloque a bloque; una retórica militar de respuestas gradualmente acrecidas; una ilusión (extrañamente confortable) de "destrucción mutua asegurada". El desaliento campeaba. El código era la disuasión. Una cultura aburrida viviendo en la tierra sombría de "Apocalipsis now".

Esto terminó el 11 de Setiembre. El campo del poder quedó dado vuelta. La triunfante era del último superpoder repentinamente dio paso hacia la contagiosa lógica del poder viral. En lugar de una axiomática certeza de un jaque mate nuclear, emerge ahora la incertidumbre radical del terrorismo de micro-poder. El siempre suspendido sueño del holocausto tecnológico es desafiado por el sueño del fanatismo religioso. La lógica del desaliento no funciona más. El desánimo sólo trabaja en un juego mortal donde los adversarios tienen como interés primario el preservar sus propias vidas. El sacrifico de la propia vida es el primer gambito y el real combustible psicológico de los comandos suicidas.

La disuasión. cuyo código está íntimamente vinculado a las políticas basadas en la preservación del territorio, es inoperante. Por el contrario, el poder viral es precisamente terrorista porque ocupa sólo el imaginario territorio de cambio simbólico. El éxtasis religioso de un repentino, inesperado y devastador golpe contra la capital simbólica del imperio estadounidense: la trinidad del
World Trade Center, el Pentágono y las aerolíneas de América.

El
terrorismo de la nueva era del poder viral tiene estas cualidades simbólicas:

* es un micro-poder, no un superpoder.
* es de baja tecnología, no de alta tecnología - y por lo tanto, invisible a los buscadores ópticos del sistema tecnológico imperante. Paradójicamente, la debilidad (tecnológica) del poder viral es su fortaleza.
* es subterráneo, secretamente conducido por un espíritu de cruzada, igual a la furia religiosa de la Edad Media. Rompiendo las reglas de la cultura establecida, reclama una no-responsabilidad y por consecuencia habla claramente a la imaginación cultural de los suprimidos y los impotentes de todos lados.
* es una cuestión de violencia biológica, no física. Fluyendo invisible a través de la pantalla retórica del "sistema anti-balístico de misiles", el poder viral adopta la estrategia de ataque parásito: invadiendo el cuerpo del huésped
(la tierra patria estadounidense), desangrando su inteligencia táctica (esas escuelas de vuelo en Florida), circulando en su flujo sanguíneo comercial (Aerolíneas Americanas), e implotando en una violenta y fatal metástasis que tenía como su objetivo la infiltración del paisaje mediático a través de sus efectos apocalípticos.

El poder viral evita conflictos con los activos militares reales de la nación huésped, porque su real intención es un golpe estratégico a los medios de comunicación. El poder viral es entendible sólo en el lenguaje mediático: los espectáculos gemelos de tristeza y terror; el doble lenguaje de fascinación y pavor. En los días posteriores, el espectáculo mediático cambiará hacia el lenguaje viral de rabia y revancha.

Trágicamente, los misiles reales fueron esos estadounidenses tomados como rehenes en el aire. Los objetivos reales no fueron los endurecidos silos de misiles, pero sí los símbolos dominantes del poder estadounidense. El terrorismo real fue la desestabilización del gobierno Americano. La guerra real es la venidera guerra a las libertades civiles como precio para el combate al terrorismo. El real "punto de partida" fue provocar a Estados Unidos hacia actos de venganza que sólo alimentarán rápidamente la futura ira del poder viral. El escenario del terrorismo, entonces, es como un virus
mutante que se copia a sí mismo en la ira estadounidense contra el "chivo expiatorio". El poder viral entra en el mar, el cielo y la tierra. No puede ser derrotado por los métodos normales de guerra nuclear. Sólo puede ser copiado.

El virus del terrorismo está por entrar al torrente sanguíneo estadounidense, tomando la democracia de rehén. Escuchen al líder de la minoría de la Cámara de Diputados, Richard Gephardt:

"Estamos en un nuevo mundo. Tenemos que rebalancear la libertad y la seguridad. No podemos quitar las libertades civiles de la gente. Pero no vamos a tener toda la apertura y libertad que hemos tenido."

La implosión de la democracia Americana, entonces, como último objetivo de los comandos suicidas. La "
guerra contra el terrorismo" puede, finalmente, haber comenzado, pero la primera baja puede bien ser la libertad estadounidense como fuera vislumbrada antes del 11 de Setiembre de 2001.

Traducción de Katia Engler

* Publicado originalmente en Revista Crac, Nº 2

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