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Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



ESTADO/NACIÓN - PATRIA - REPÚBLICA ARGENTINA - ABISMO - CAOS - MUERTE DE LAS IDEOLOGÍAS - CORRIENTES, PROVINCIA DE -

La Argentina en el abismo y Corrientes en el "carallo".

Oscar Portela
Una pacífica revolución educativa que permita a la Argentina recuperar un pasado no concluido, y la recreación de las normas y procedéres éticos de los fundadores -que soñaron un Estado Nación de más de doscientos millones de habitantes para esta década- podrían devolver a nuestro país la capacidad de proyectarse activamente hacia un futuro que no viva de los coletazos colapsados de una civilización en etapa terminal

(A Walter Gonzales Cabañas: los intelectuales y la política)


La muerte de las ideologías -ucronías propias de una lógica-neopositivista- heredera del siglo de la Luces y la exaltación de una Razón, que nos condujo a las aporías históricas de los campos de concentración, a las guerras étnicas, a la fragmentación del mapa geopolítico mundial, al terrorismo y a nuevas formas de neocolonialismo vía sociedades mediatizadas culturalmente, esclavas de las teorías del mercado y el marketing, contrastan con la desaparición de los Estados Nacionales, con sus pasados históricos, con los imaginarios colectivos propios de las diferencias culturales, y finalmente con la creciente lucha internacional por la apropiación de las formas más autoritarias del poder, y con la concentración de éste merced a la voluntad de dominio a escala planetaria, hecho no previsto por las escatologías religiosas ni las profecías filosóficas- que frente a la derrota de la racionalidad, sólo pueden incrementar el terror, luchando contra éste con mayor violencia.

Este es el mundo que nos toca vivir, en el cual la Argentina a pasado a ser, de un efímero proyecto nacido del siglo de las luces (que jamás pudo concretarse mediante un proyecto de política internacional, dentro del marco de un mapa geopolítico internacional, al cual le dimos constantemente la espalda), un Estado Nación; conciencia clara del rol que le toque jugar dentro del ajedrez de la política internacional.

Hoy, clara como el agua más clara, la doble oposición entre el fraude de una representación Republicana -la República es sólo un simulacro y un carnaval de pirotécnicas que pueden incendiar cualquier sociedad- la distancia entre la cosa pública y el demos, la democracia, se acentúan hasta alcanzar los limites de un quiasmo: la indexación de la deudas internas y externas, son la manera con la que usura internacional, ha materializado las nuevas formas de trabajo en el mundo.

La Argentina no vive ya de suicidios permanentes, sino que ha entrado definitivamente en un túnel hecho de sombras, en un abismo, en el cual se encuentra encerrada y enterrada. Dentro de su mismo continente permanece aislada, con una política exterior, que continúa respondiendo al esquema de una civilidad lapidada por corporaciones políticas, que sin representación alguna, buscan la salida a través de torpes alianzas que prolongan la agonía de un Estado, que de ser agredido por clases dirigentes incapaces, con intereses creados y espúreos, se a tornado en agresor de la civilidad Argentina en su conjunto. Veamos en pocas palabras, el estado en que se encuentran la mayoría de las provincias: satrapías de una gran satrapía, devenidas ya en el moribundo Aliens de un Estado Nación en vías de extinción.

Sólo una pacífica revolución educativa que permita a la Argentina recuperar un pasado no concluido, y la recreación de las normas y procedéres éticos de los fundadores -que soñaron un Estado Nación de más de doscientos millones de habitantes para esta década- podrían devolver a nuestro país la capacidad de proyectarse activamente hacia un futuro que no viva de los coletazos colapsados de una civilización en etapa terminal, cuya duración no se puede prever.

Corrientes, que durante el proceso de organización nacional, tanto aportó en sangre, valor e inteligencia, es una de las provincias más primitivas de la actual Argentina. Ninguna vergüenza para una ciudadanía que a sido suplantada por las protestas mediáticas: en treinta años nuestra provincia a retrocedido más de tres décadas. No se trata sólo de las luchas inter-partidarias o aliancistas, ni de segundos pactos de Olivos provinciales que sólo beneficien a algunos, sino de recuperar la memoria histórica de nuestro pasado, de convocar a nuestros mejores hombres, de hacer cumplir leyes y ordenanzas, de salvar lo que queda de un pasado lleno de gloria, y templanza, para que la patria -palabra que ya nadie pronuncia- sea no sólo cuna de antepasados, sino el pesebre que espere gloriosamente a los que vendrán.

Para eso, la revolución educativa y cultural, la reivindicación del protagonismo ciudadano, la reforma del sistema electoral Argentino y una nueva forma de enseñar derechos y deberes del ciudadano, es decir, de devolver sentido a la Ética como única vía de retener en el imaginario colectivo, el valor de proyecto que tiene la paideia -educación- de las leyes e Instituciones que rigen todo sistema Republicano de Gobierno. Es hora de recordar que éste país fue hecho por Estadistas-Poetas, y no sólo por mediocres usureros de las políticas del Estado, para salir de esta puerta estrecha por la que nos toca adelantarnos al futuro; recuperemos creadoramente -a ésto se le llama re-apropiación creadora- los mensajes que nos dejaran en distintas claves, Moreno, Alberdi, José María Paz, Sarmiento y el mismo Mitre.
La retirada del intelectual del campo de la praxis política -retirada culposa, llena de miedo al poder burocrático- es un signo del declinar de una constelación cultural que termina.

Heidegger posee la llave cuando en su contestación a la undécima tesis marxiana que reza, "hasta ahora los filosófos se dedicaron a interpretar el mundo, ahora deben cambiarlo", contesta que toda "alethe" -todo develamiento de lo que es mediante una interpretación- constituye ya la base la toda praxis y de todo cambio en el mundo de la polis. Por último escuchemos a un poeta Argentino
(*) -o de los pocos poetas líricos y civiles al mismo tiempo- hablar de su patria, siempre que tengamos oídos y voluntad para hacerlo: "Un país que no acaba de comprenderse/ termina siendo un viento demoníaco,/ una aguja en el corazón, una serpiente/ que se devora odìándose, árbol entre brumas./ Ha jubilado su esperanza y manchado el pasado/ con la baba que se extiende sobre los techos/ en el cielo, todas las noches oye su impotencia/ creciendo en el vientre de la nada./ Avidos mercaderes lo succionan/ buhoneros de ideas alzan ídolos huecos, envenenan tejidos./ Es una araña atrapada en su tela./ Comedia de autores anónimos, / se representa a sí mismo, se aplaude y se maldice./ Tiene todo a su alcance, pero no encuentra nada".

La sordera es peor que la ceguera: Homero era ciego, Borges también y finalmente, señores políticos, si la lengua es la sangre de una raza -y esta raíz de una patria- es hora de "oír" para hacer historia, porque la poesía como acto del habla y del lenguaje, sostiene sobre sí la misma condición mortal y las condiciones necesarias, para construir sobre la libertad del fundamento la verdadera historia de los hombres sobre esta tierra. La poesía, el arte y la especulación, señores, no son un adorno de mesa, ni necesitan o necesitaron nunca de honores, de poderes espúreos, porque constituyen el misterio de una gracia que nos fue concedida y que estamos a punto a abandonar al caos y a la perdición de la condición de mortal dentro del universo.

(*)Horacio Armani.

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