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ISSN 1688-1672

 



BATLLISMO - VARELA, JOSÉ PEDRO, - RODÓ, JOSÉ ENRIQUE - MATRIZ DE IDENTIDAD - PRAGMÁTICA - PRAXIS - ARIEL/CALIBÁN - IMAGINARIO/SIMBÓLICO - FRANKLIN, BENJAMIN -

Dos actitudes culturales. Imagine: Rodó y Varela*

Ruben Tani

 

Las ideas de Rodó aparecieron en un contexto social que emergía optimista hasta la muerte de J. Batlle y Ordóñez en 1929. Rodó habla de "la elegancia griega", de "vida interior"(7) y de las grandes ciudades de América Latina. El estilo de Rodó es literario y no llega a proponer un análisis sociológico o filosófico profundo en su análisis comparado de la cultura yankee

En este trabajo se trata de señalar las "ideas" y las "actitudes culturales" de fines de siglo pasado, con el objeto de ver de qué modo el Uruguay actual se explica en el origen de las discusiones de los últimos cuartos del siglo XIX. Basados en datos que hasta el presente han sido enfoques parciales -económicos, históricos, filosóficos, etc- se propone una revisión "fenomenológica" de las líneas de "pensamiento" de una cultura con crisis de identidad. Con esta actitud, los autores se proponen llenar un hueco técnico e histórico.(*)


1. Pragmatismo e idealismo a fines del siglo XIX en Uruguay

En Uruguay existió una discusión que pudo afectar y en cierto modo influir en la modalidad cultural del país, lo que Ardao ha dado en llamar "revolución mental", términos que son significativos.(1) Del enfrentamiento entre el espiritualismo y el positivismo fue importante la polémica entre José Pedro Varela y Carlos María Ramírez (1876) en el Club Universitario. Varela proponía las ideas darwinistas y spencerianas, entre otras, contra el racionalismo metafísico y espiritualista que dominaba la Universidad de la época.

Varela, que era "pro-anglosajón", en la Educación del Pueblo
(1874) criticó el modelo francés que reinaba en la Universidad(2) y esto nos revela que en estas discusiones se planteaban aspectos ideológicos y filosóficos, y se enfrentaban dos actitudes culturales diferentes. José Pedro Varela tuvo una actitud pragmática(3) que más allá de la descripción que ha hecho Rama de Varela como sociólogo, nos permite situarlo en el contexto de una época en la que se definían aspectos de la identidad cultural Uruguaya.

Pero, repetimos, más que un asunto de "ideas", allí se plantearon actitudes culturales diferentes, resaltando la figura de Varela, quien había viajado a Estados Unidos en 1868 y reconocía la decadencia cultural de España y Francia por esa época.
(4) Intuía que de los Estados Unidos venía el desafío cultural. No importa tanto si era darwinista o spenceriano, su actitud era realista, científica, promoviendo, más que ideas, un cambio en las actitudes y en el contexto cultural de su época. En esto fue el único que se planteó el tema en forma realista. Podemos decir, siguiendo este razonamiento, que al mismo tiempo que estas discusiones se estaban dando en Uruguay, el "Pragmatismo" americano estaba racionalizando el imaginario de una sociedad nueva, a través de sus más preclaros y conocidos exponentes: Ch. S. Peirce, W. James y J. Dewey. El Pragmatismo aparece en un artículo de Peirce, de 1878,(5) quien se reunía en el "Club Metafísico" de Cambridge junto a Ch. Wright, W. Holmes, W. James y otros. Resulta interesante señalar que la cultura yankee se estaba categorizando y definiendo a través de estos filósofos.

Lo importante radica en que el Pragmatismo se proponía a sí mismo como solución discursiva a la vieja disputa
(verbal) entre el materialismo y el espiritualismo, superando estas discusiones tradicionales entre "ariel" y "calibán" con otra actitud discursiva. El pragmatismo venía de la línea de Darwin, Spencer, Kant, Hegel, etc. Eso mismo se planteaba Varela en Uruguay, casi por la misma época, claro que en otra cultura, de origen diferente. Otro dato importante es que las ideas de Varela se instrumentaron con la Reforma Escolar (1876-1879) y la Reforma Universitaria (1880), es decir que, en cierto modo, triunfó su actitud al promover un cambio ideológico institucional que marcó al Uruguay.

La actitud cultural empírica de Varela se percibe en su profunda y concreta visión de los problemas del Uruguay de fines del siglo XIX,
(6) en oposición al otro paradigma cultural uruguayo, cuyas ideas tuvieron influencia y resonancia latinoamericana: José E. Rodó. Este último, en su Ariel (1900) analiza la cultura yankee en relación a nuestro perfil hispánico-europeo. Pero Rodó era un literato que, si bien comprendió lo que EEUU significaba ya para el época, no entendió con visión de futuro que el problema no pasaba por la elección de un perfil "Arielista" (espiritualista) o de un perfil "Canibalesco" (materialista), porque esta disyuntiva era la que disolvía el pragmatismo norteamericano.

Las ideas de Rodó aparecieron en un contexto social que emergía optimista hasta la muerte de José Batlle y Ordóñez en 1929. Rodó habla de "la elegancia griega", de "vida interior"
(7) y de las grandes ciudades de América Latina. El estilo de Rodó es literario y no llega a proponer un análisis sociológico o filosófico profundo en su análisis comparado de la cultura yankee, en la cual reconoce los méritos de su progreso material, diciendo que "la idealidad de lo hermoso no apasiona al descendiente de los austeros puritanos. Tampoco le apasiona la idealidad de lo verdadero. Menosprecia todo ejercicio del pensamiento que prescinda de una inmediata finalidad..".

Claro que si para Rodó, Franklin era un honesto mediocre y prudente útil
(8) que no llegaría a santo ni héroe, debemos recordar que Franklin fue el primer director de Correos, inventor del pararrayos, fundador de la Universidad de Pennsylvania, entre otras cosas o hechos culturales. Rodó era optimista, pensaba que EEUU no anunciaba nada glorioso, como lo hicieron Grecia y Roma, y que si América Latina se dedicaba a defender el "ideal desinteresado del espíritu", triunfaría Ariel, la idealidad, contra una deslatinización de América por propia voluntad, atraída por la admiración de la "poderosa federación".

Todo esto decía el "Próspero" de Rodó al espíritu de los jóvenes, ya que, citando a G. Deschamps, en Francia los jóvenes se iniciaban tardíamente en la vida pública y cultural, y esto era de evitar. Una poderosa federación y una América "dolorosamente aislada" entreveía Rodó. Y en su propuesta al desafío americano, creía que, como Varela, podíamos imitar lo positivo,
(9) tanto que la "obra de positivismo norteamericano servirá a la causa de Ariel" ya que nosotros aprovecharíamos sus adelantos materiales (por ejemplo, los inventos de Bell, Edison, Ford, etc.).

Esta actitud cultural de Rodó, revela una incomprensión de lo que ya acontecía y sucedería después, llegado el siglo XXI. El error no radica en sus "ideas" sino en su actitud discursiva idealista. Su terminología técnica estaba ya pasada de moda y resultaba inútil para entender el proyecto cultural del Pragmatismo que más que a ideas se refería a la conducta y a la acción.
(10) Rodó, que tenía mentalidad europea, compartió el mismo punto de vista que Matthew Arnold respecto a lo poco interesante que era la cultura yankee y a la poca importancia que tendría su posterior desarrollo en vistas a la realización de una cultura clásica y espiritual.(11)

EEUU era otra propuesta cultural surgida del trasfondo europeo. Respecto a la dicotomía Ariel/Calibán que se plantea Rodó, William James la resolvió como una cuestión de palabras.
(12) Varela y Rodó representan dos paradigmas culturales y dos actitudes que marcaron el imaginario social urugayo, directa o subliminalmente, al interpretar o categorizar dos actitudes culturales uruguayas. Así como Peirce, James y Dewey categorizaron el imaginario cultural de una sociedad que ya era "pragmática".

Lo importante a señalar aquí es que Varela introdujo cambios institucionales que ayudaron a la formación del modelo "
Suiza de América", pero su actitud pragmática cristalizó en "ideas" y "bronces", en tanto que la actitud espiritualista, literaria, de Rodó, reflejó el quehacer uruguayo en su alineación europea del resto de América Latina.

2. El Batllismo en el imaginario social uruguayo: La crisis de una matriz de identidad

Si bien Batlle inventó un país, éste fue el único modelo institucional de este siglo, modelo que consiguió logros político, culturales y económicos en un Estado Benefactor con avanzadas leyes sociales para Latinoamérica y Europa. El Varela pragmático tuvo un sucesor en el Batlle pragmático que pudo realizar un ideal de sociedad o sociedad ideal en base a una coyuntura exterior favorable y no tanto a una real actividad cultural que fuese ajustando ese modelo de Batlle al cambio de los tiempos.

La "Suiza de América" fue una "idea" trasplantada desde Europa y floreció, digamos, hasta poco después de la muerte de Batlle
(1929) para comenzar a marchitarse, poco a poco, hasta morir por los 50. Si hasta la guerra de Corea, Uruguay exportó vacas gordas, después abrió su venas al FMI como casi toda América Latina.(13)

Sin entrar en detalles en relación a los aspectos críticos que generó el modelo batllista, queremos referirnos a dos autores que han tratado el tema de la identidad nacional, aunque de un modo indirecto. Estos son Roberti Ares Pons y Juan Rial.
(14)
El primero se planteó el problema de la
identidad cultural utilizando los conceptos de civilización y cultura, suponiendo que el Uruguay había logrado llegar a un nivel aceptable de "civilización", pero no de cultura.(15) Si bien no maneja conceptos teóricos claros, intuye aspectos e ideas interesantes, referentes a la crisis que ya soportaba esta cultura (1961). Ares Pons no llega a delimitar en forma técnica el concepto de "cultura" y, por lo tanto, sólo alcanza a definir el tema de la matriz social de identidad uruguaya en base a una caracterización histórica de una colectividad o pueblo.(16)

Rial, por otra parte, hace un aporte relevante al análisis de los mitos que generó el modelo "batllista" y que forman parte del imaginario social uruguayo y señala que este modelo se agotó por la falta de ideas para construir nuevos mitos, es decir, renovar el modelo o sustituirlo.
(17) Sin embargo, creemos que su punto de vista, basado en Castoriadis, no aporta, a nivel teórico, una redefinición de la matriz de identidad, y esto resulta clave, no solamente para interpretar el imaginario social uruguayo, sino para interpretar esta interpretación, que por otro lado ajustaría conceptos epistémicos originados en otra cultura.

Por matriz de identidad entendemos un imaginario simbólico socializado en una cultura determinada, que se expresa en acciones concretas de producción de hechos y objetos culturales, que reflejan el imaginario y lo caracterizan. La tríada: imaginario, simbólico y real, se produce en una praxis cultural
(18) y ésta es precisamente la que está en crisis en el Uruguay actual.

Una matriz de identidad supone una correlación entre la producción de lo imaginario, lo simbólico y lo
real. El Uruguay reprodujo una actividad cultural reflejada, desde antes del modelo batllista hasta el presente, en tanto que una matriz de identidad supone una modalidad de producir la propia cultura por medio de técnicas, actitudes y acciones, que en el tiempo lleguen a conformar un perfil reconocible por la propia sociedad.

Reproducir modelos culturales ajenos lleva a un desfasaje
(alineación) entre el imaginario reflejo y la realidad propia. Este desfasaje sería la pérdida de identidad de una sociedad que no se percibe a sí misma porque no tiene un esquema social organizado por una matriz de identidad generada en su seno. El Uruguay en crisis, con una identidad cultural dependiente, no produce, reproduce hechos y objetos culturales ajenos, es decir, producidos en otros contextos y otros imaginarios/simbólicos. Una modalidad propia y específica, una matriz de identidad, exige una forma peculiar de producir cultura propia a través de técnicas, propuestas y actitudes que van marcando el perfil propio de una sociedad concreta.(19)

En cuanto a los conceptos de "imaginario" y "simbólico" de Castoriadis, aunque son interesantes aplicados a una formación cultural, podríamos señalar que no están claramente definidos desde un punto de vista semiótico, lingüístico y epistemológico.
(20)

¿Es acaso el imaginario un significado y lo simbólico un significante, en el sentido saussuriano? En tal caso, estaríamos ante un modelo de base estructuralista estática, que deja de lado el aspecto pragmático de las actitudes discursivas
(21) que, socializan la comunicación de intenciones simbólicas a través del Discurso.

En este enfoque aparecen conceptos peirceanos respecto a una semiótica pragmática aplicados a un trasfondo marxista. Nuestro intento teórico es tratar de asociar la actitud discursiva (pragmática) con la situación y contexto de producción, es decir, la praxis discursiva entendida como acto extralingüístico.

Notas:

(1) Arturo Ardao, Etapas de la Inteligencia Uruguaya. Montevideo: Universidad de la República 1971, p. 163.
(2) Ardao, ob.cit., p. 148.
(3) Carlos Rama, José Pedro Varela Sociólogo. Montevideo: Medina 1957, p. 17: "parece ser un pragmático o práctico..." y p. 49)
(4) Rama, ob.cit., p. 9.
(5) William James, Pragmatismo. Buenos Aires: EMECE, 1945, p. 49 dice: "...decía Peirce (después de establecer que nuestras creencias son realmente reglas para la acción) que para desenvolver el significado de un pensamiento sólo necesitamos determinar qué conducta es adecuada para producirlo: tal conducta será para nosotros su sola significación."
(6) Rama, ob.cit, p. 33.
(7) José E.Rodó, Ariel.Montevideo : Claudio García 1945, p. 45.
(8) Rodó, ob.cit., p. 92.
(9) Rama, ob.cit., p. 11.
(10) James, ob.cit., p. 49.
(11) Rodó, ob.cit., p. 97, "...las orillas del Mediterráneo, civilizador y glorioso, se ciñeron jubilosamente la guirnalda de las ciudades helénicas; la obra que aún continúa realizándose y de cuyas tradiciones y enseñanzas vivimos, es una suma con l a cual no puede formar ecuación la fórmula Washington más Edison". Las opiniones de M.Arnold están en America in perspective. H.S.Commanger (ed). NY: New A. Library, 1948, pp. 178-9.
(12) James, ob.cit., p. 52.
(13) Ver M. Vanger, Batlle y Ordóñez, pensador, político, historiador, antropólogo. Bs.As: EUDEBA, 1968.
(14) Roberto Ares Pons, ¿Uruguay: provincia o nación?, Bs.As: Coyoacán, 1961, y Juan Rial, "El imaginario social uruguayo y la dictadura: Los mitos políticos (DE-RE) Construcción." En C.Perelli y J.Rial, De mitos y memorias políticas. Mdeo: E.B.O., 1986.
(15) Ares Pons, ob.cit., p. 60.
(16) Ares Pons, ob.cit, p. 66.
(17) Rial, ob.cit., p. 31.
(18) J.Habermas, "Excurso sobre Castoriadis": ´La institución imaginaria" en J.Habermas, El discurso filosófico de la modernidad. Madrid: Taurus, pp. 387-96.
(19) V.S.Naipaul, El regreso de Eva Perón y otras crónicas. Barcelona: Seix Barral, 1983: "Los uruguayos dicen que son una nación europea, que siempre han dado la espalda al resto de América del Sur. Fue su gran error, y forma parte de su fracaso. Sus hábitos de riqueza los convirtieron, de un pueblo profundamente colonial, culto pero intelectualmente nulo, que eran, en consumidores parásitos de la cultura y la tecnología ajena." (p. 164).
(20) J.Habermas, ob.cit., p. 392-3.
(21) R.Tani. "Marx: crítica cultural y posmodernidad". El popular (11 de dic.) 1987, y "La retórica del discurso marxista en el siglo XIX" Dispositio.Michigan, N°28-9, 1986, pp. 167-177 y Diálogos N° 51 (enero), Puerto Rico.

(*)Escrito en noviembre 1989

*Publicado originalmente en La República de Platón Nº 65

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