H enciclopedia 
es administrada por
Sandra López Desivo

© 1999 - 2013
Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



PORNOGRAFÍA - OBSCENO - BOLIVER, ROCÍO - SPRINKLE, ANNIE - CARNE - CARNE - BO, ARMANDO - SARLI, COCA - PRINCIPIO DE CRUELDAD - DESEO - BAUDRILLARD, JEAN - CARTER, ANGELA - ROSSET, CLÉMENT - "CARNE SOBRE CARNE" - FEMINISMO - METÁFORA -


Obscenidad a la mexicana:
los juegos transestéticos de Rocío Boliver (
II)

Fabián Giménez Gatto
También podríamos pensar en ciertas formas de la pornografía como una heterología del saber sexual, una parodia del saber psicoanalítico, la creación de una fraseología mitológica en torno a la sexualidad que parasita los saberes propios de la scientia sexualis. Podríamos pensar en una pornografía de la carne entendida como espacio de placer analítico (meat) -cercana a la scientia sexualis- y una pornografía de la carne entendida como espacio indeterminado y excesivo

Otra performancera que ha sabido poner en escena su sexualidad es Annie Sprinkle, al final del primer acto del show Post-Porn-Modernist, Annie Sprinkle se introduce un espéculo en su vagina e invita al público a pasar al escenario y contemplar de cerca su cuello uterino. Este espectáculo se encuentra a años luz del strip-tease, aquí el postulado de la máxima visibilidad del porno no únicamente se realiza sino que es llevado más allá de su finalidad, el gesto hipertélico hace de la visión de su sexo algo que no tiene ya que ver con el erotismo sino con algo parecido a una clase de anatomía o una visita al ginecólogo. Este juego excesivo no es inocente, no olvidemos que Sprinkle fue prostituta y actriz porno antes de convertirse en feminista y artista del performance, por lo que los códigos del género le son bastante familiares. El paroxismo del medical shot es esta visión ginecológica, donde queda poco espacio para la imaginación o para el deseo.

Este juego excesivo está cargado de humor, en sus notas a propósito de The Public Cervix Announcement, Sprinkle comenta algunas razones que la impulsaron a realizar este performance: "Quería decirle a algunos tipos, "Hey, ¿ustedes quieren ver coños? Les voy enseñar más coño del que quisieran ver en su vida"
(8) Una duda que surge de todo esto es el cuestionamiento del límite, es decir, hasta qué punto el arte de Sprinkle es erótico o bien juega con el límite paródico del sexo y del deseo. El body art de Annie Sprinkle es bastante inclasificable, cosa que comparte con las carnales obsesiones de Rocío Boliver, ambas propuestas parecen oscilar entre lo que podríamos llamar flesh art y meat art.

Angela Carter, en el "final especulativo" de La mujer sadiana, propone una distinción bastante sugerente entre la carne entendida como flesh
(viva y humana, cubierta de piel y sensualidad) y la carne entendida como meat (muerta, no humana, despellejada y carente de erotismo)(9). En español carecemos de ese matiz, recordarán uno de los parlamentos más memorables de la filmografía de Armando Bo y Coca Sarli, en la película Carne (Armando Bo, 1968), el voluptuoso cuerpo de Coca es arrojado, desnudo e indefenso, sobre una res muerta, mientras el violador/carnicero exclama: "Así me gusta: ¡carne sobre carne!", Angela Carter no podría haber ilustrado mejor esta oposición estructural.

La distinción cárnica de Carter se difracta en la teoría de la simulación en términos de
seducción y obscenidad, ilusión y desilusión estéticas, la carne como seducción en el régimen de visibilidad/invisibilidad de lo erótico y la carne como obscenidad en el régimen de máxima visibilidad de lo pornográfico. "La obscenidad tiende siempre a superarse: presentar un cuerpo desnudo ya puede ser brutalmente obsceno, presentarlo descarnado, desollado, esquelético todavía lo es más."(10)

En esta misma sintonía, Angela Carter se preguntaba por esta fascinación de lo obsceno, en sus propios términos, por los placeres de la carne muerta
(meat), por los placeres del carnicero, éstos "...no son sensuales, sino analíticos. La satisfacción de la curiosidad científica por la disección. Un placer clínico por la precisión con que se lleva a cabo el proceso de reducir el objeto viviente, móvil, vívido, al estado de cosa muerta."(11), es decir, el placer de convertir lo erótico en pornográfico. Lo obsceno sería este "devenir real" del sexo, esta obsesión maníaca de lo real, este afán realista al que nos tiene acostumbrados la pornografía. "Pensemos en la pornografía: está claro que allí el cuerpo aparece totalmente realizado. Puede que la definición de la obscenidad sea el devenir real, absolutamente real, de algo que, hasta entonces, estaba metaforizado o tenia una dimensión metafórica."(12)

La carne sin metáforas, en su literalidad, sería algo así como la carne sin
piel: despellejada, sangrante, condenada a la desaparición. La obscenidad como literalidad de lo sexual, respondería al principio de crueldad de Clément Rosset, quién lo define jugando con la etimología y terminando en el gore y en el splatter: "Cruor, de donde deriva crudelis (cruel), así como crudus (crudo, no digerido, indigesto), designa la carne despellejada y sangrienta: o sea, la cosa misma desprovista de sus atavíos o aderezos habituales, en este caso, la piel, y reducida de ese modo a su única realidad, tan sangrante como indigesta."(13)

La verdad desnuda
(de nuestro sexo, de nuestro deseo) es esta carne despellejada, sangrante e indigesta, como salida de una buena película de terror de clase B, donde ninguna dama se desviste (para tomar una ducha, para hacer el amor, o por motivos que permanecerán por siempre en el misterio más insondable) sin sufrir el terrible destino de ser descuartizada o profusamente mutilada sin la menor compasión. La caracterización baudrillardiana de nuestra cultura utilizando el porno como metáfora se podría complementar con un par de conceptos y perceptos tomados de otros géneros cinematográficos, bajo los auspicios de Clément Rosset, el gore (sangre derramada) y el splatter (sangre salpicada) nos remitirían a esta crudeza de lo sexual, de la carnalidad, que se muestra únicamente para desaparecer sangrientamente, "¡carne sobre carne!" (Bo dixit).

Esta fascinación por la verdad desnuda, este placer analítico y ya no sensual, refleja una distinción que Foucault manejó a la hora de pensar los saberes y las prácticas en torno a la sexualidad, enfrentando al ars erotica de oriente, como saber no clasificatorio ni categorial, con la scientia sexualis de occidente, un saber estructurado como hermenéutica y liberación del
deseo, en términos de una voluntad de saber y de una cultura de la confesión, muy vinculada no únicamente a la confesión cristiana sino también a las prácticas policíacas, médicas, psiquiátricas y psicoanalíticas.

Desde esta perspectiva, uno estaría tentado a pensar en la
pornografía como una continuación de la scientia sexualis. Aunque también podríamos pensar en ciertas formas de la pornografía como todo lo contrario, una heterología del saber sexual, una parodia del saber psicoanalítico, la creación de una fraseología mitológica en torno a la sexualidad que parasita los saberes propios de la scientia sexualis. Creo que ambas tendencias se hacen presentes en el universo pornográfico, continuidades y rupturas con respecto a nuestros saberes en torno a la sexualidad, si se quiere, podríamos pensar en una pornografía de la carne entendida como espacio de placer analítico (meat) -cercana a la scientia sexualis- y una pornografía de la carne entendida como espacio indeterminado y excesivo, una pornografía patafísica, abierta a las explicaciones imaginarias (por ejemplo, la insatisfacción genital del personaje femenino de Deep Throath explicada por la ubicación de su clítoris en su profunda garganta, pura poesía, surrealismo orgánico).

Esta distinción, oriente-occidente, también es utilizada por Roland Barthes como una estrategia para delinear las diferencias entre un erotismo de la transgresión vinculado a occidente y un erotismo de la delicadeza, cercano al universo del ritual, de los signos vacíos, propio de oriente. De la transgresión a la
pasión por las formas vacías del ritual erótico, quizás ahí se encuentren algunas líneas de fuga de lo que hoy conocemos como pornografía.

Ya no un erotismo hot, vinculado al entusiasmo de la transgresión y la liberación, sino un erotismo cool, un erotismo para "después de la orgía", en esta línea Barthes plantea lo siguiente: "(...) la prohibición sexual se levanta por completo, no en provecho de una mítica libertad, sino en provecho de los códigos vacíos, lo cual exonera a la sexualidad de la mentira espontaneísta."
(14) En este sentido, los pornogramas de Rocío Boliver se tejen a partir de la apropiación de los códigos vacíos del género pornográfico en clave más o menos paródica, una patafísica del cuerpo hipersexual, en definitiva, una mitología erótica de un feminismo por venir(se).


Universidad del Claustro de Sor Juana


Notas:

(8) "I wanted to say to certain guys, 'Hey, you want to see pussy? I'll show you more pussy than you'll ever want to see'", en Sprinkle, Annie, Post-Porn Modernist, San Francisco, Cleis Press, 1998, p. 166.

(9) Véase, Carter, Angela, La mujer sadiana, Barcelona, Edhasa, 1981, p. 151 y ss.

(10) Baudrillard, Jean, Contraseñas, Barcelona, Anagrama, 2002, p. 37.

(11)Carter, Angela, op. cit., p. 152.

(12) Baudrillard, Jean, op. cit., p. 35.

(13) Rosset, Clément, El principio de crueldad, Valencia, Pre-Textos, 1994, p. 22.

(14) Barthes, Roland, El susurro del lenguaje, Barcelona, Paidós, 1987, p. 96.

Bibliografía

Andrade, Roberto, "Los 15 performances más guarros de la historia", Generación, Año XIV, Tercera Época, Nº 45, 2001.
Barthes, Roland, Roland Barthes por Roland Barthes, Barcelona, Kairós, 1978.
-------------------, El susurro del lenguaje, Barcelona, Paidós, 1987.
-------------------, El placer del texto, México, Siglo Veintiuno Editores, 1995.
-------------------, La cámara lúcida, Barcelona, Paidós, 1997.
-------------------, La Torre Eiffel, Barcelona, Paidós, 2001.
Bataille, Georges, Documentos, Venezuela, Monte Avila, 1969.
Baudrillard, Jean, La transparencia del mal, Barcelona, Anagrama, 1993.
--------------------, De la seducción, Barcelona, Planeta, 1993.
--------------------, Las estrategias fatales, Barcelona, Anagrama, 1994.
--------------------, El crimen perfecto, Barcelona, Anagrama, 1996.
--------------------, La ilusión y la desilusión estéticas, Caracas, Monte Ávila, 1998.
--------------------, Contraseñas, Barcelona, Anagrama, 2002.
Boliver, Rocío, "En cueros me verás", Generación, Año XII, Tercera Época, Nº 32, 2001.
------------------, "En mi mente", Generación, Año XIV, Tercera Época, Nº 45, 2001.
------------------, Saber es coger, México, El Espectáculo Editorial, 2002.
Carter, Angela, La mujer sadiana, Barcelona, Edhasa, 1981
Cody, Gabrielle (editor), Hardcore from the Heart: The pleasures, Profits and Politics of Sex in Performance / Annie Sprinkle: SOLO, New York, Continuum, 2001.
Grosenick, Uta (ed.), Mujeres artistas de los siglos XX y XXI, Italia, Taschen, 2002.
Grosenik, Uta, Riemschneider, Burkhard (ed.), Art Now, Italia, Taschen, 2002.
Kauffman, Linda S., Malas y perversos, Madrid, Cátedra, 2000.
Kendrick, Walter, The Secret Museum, California, University of California Press, 1996.
Merritt, Natacha, Digital Diaries, Germany, Taschen, 2000.
Nead, Lynda, El desnudo femenino, Madrid, Tecnos, 1998.
Reckitt, Helena, Phelan, Peggy (ed.), Art and Feminism, Hong Kong, Phaidon, 2001.
Riemschneider, Burkhard, Grosenik, Uta (ed.), Art at the turn of the millenium, Italia, Taschen, 1999.
Rosset, Clément, El principio de crueldad, Valencia, Pre-Textos,1994.
Sprinkle, Annie, XXXOOO, Volume 1, New York, Gates of Heck, 1997.
-------------------, XXXOOO, Volume 2, New York, Gates of Heck, 1997.
-------------------, Post-Porn Modernist, San Francisco, Cleis Press, 1998.
Warr, Tracey, Jones, Amelia (ed.), The Artist's Body, Hong Kong, Phaidon, 2000.
Williams, Linda, Hard Core, California, University

VOLVER AL AUTOR

             

Google


web

H enciclopedia