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Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



PERÓN, JUAN DOMINGO - PERONISMO - BORGES, JORGE LUIS - SUR - OCAMPO, VICTORIA - HISTORIA DE LA ETERNIDAD - EL ALEPH - EL OTRO, EL MISMO - "LA FIESTA DEL MONSTRUO" - BIOY CASARES, ADOLFO - HISTORIA PRODIGIOSA - MONTONEROS - "El ARTE DE INJURIAR" - ESCRITORES -

Peronismo versus escritores: entre el amor y el espanto (I)

Iván de la Torre

Me presenté en la municipalidad a fin de averiguar qué había ocurrido. Vea usted -dije- resulta más bien extraño que entre tantos empleados como hay en la biblioteca haya sido justamente yo el elegido para ese puesto. Bien, -respondió el empleado-, usted estaba de parte de los Aliados, ¿qué esperaba? Su argumento era concluyente y no admitía réplica alguna, al día siguiente presenté la renuncia.


La llegada de Perón al poder gracias a un amplio apoyo popular no significó su aceptación por todos los sectores de la sociedad; ya antes de asumir había comenzado su enfrentamiento con un grupo de
escritores que veían en él a un futuro Rosas que instalaría lo que llamaban "la Segunda Tiranía". Este grupo se congregaría principalmente alrededor de la revista Sur, fundada y dirigida por Victoria Ocampo.


El arte de injuriar: Borges-Perón; Perón-Borges


Perón era una persona abominable y la tiranía que ejerció fue realmente
monstruosa.
J. L. Borges

El actor emblemático de esta contienda será Jorge Luis Borges, quien durante toda su vida mantuvo una relación antagonista con el peronismo. El primer golpe conocido fue dado por Perón, quien, a poco de asumir, asciende a Borges al puesto de "inspector de aves y conejos en los mercados públicos"; un movimiento que utiliza la degradación irónica y parece sacado de "El arte de injuriar", ensayo publicado por Borges en su libro Historia de la Eternidad (1936) y que en uno de sus párrafos habla de la inversión incondicional de los términos como medio de ofender; es decir acusar al médico de matar, al sastre de nudismo... u obligar a un amante de la pulcritud y los libros a examinar mercados públicos...

Borges contaba lo extraño de su situación: "me presenté en la municipalidad a fin de averiguar qué había ocurrido. Vea usted -dije- resulta más bien extraño que entre tantos empleados como hay en la biblioteca haya sido justamente yo el elegido para ese puesto. Bien, -respondió el empleado-, usted estaba de parte de los Aliados, ¿qué esperaba? Su argumento era concluyente y no admitía réplica alguna, al día siguiente presenté la renuncia."

Durante esos años no sólo
Borges fue víctima de ataques por parte del gobierno: su hermana Norah y su madre fueron encarceladas por cantar el himno en la calle Florida sin solicitar permiso policial; y su amiga Victoria Ocampo fue detenida en Mar del Plata. En una carta al escritor mexicano Alfonso Reyes contará los pormenores de su historia.
No cuesta mucho imaginarse en ese clima a
Borges leyendo El matadero de Echeverría y pensando en los destinos circulares que lo acosaban y que plasmara en buena parte de su obra de esos años, llena de laberintos, monstruos, espejos y círculos.

Pero Borges no se llamará a silencio: perseguido y casi ciego construyó en su
obra ataques velados a Perón, aunque ahora, cincuenta años después, el sentido político se haya diluído en la literatura.

Así aparecerá "La espera", cuento incluído en El aleph
(1949) que narra la angustiosa espera que un hombre hace de sus asesinos; a los que, a último momento, prefiere dar la espalda. La situación delinea un Borges que imagina su fin; como confiesa en las líneas finales del cuento: "¿es menos duro sobrellevar un acontecimiento espantoso que imaginarlo sin fin?"

Años después escribirá el "Poema Conjetural" incluído en El otro, el mismo
(1964) donde parece levantar la antorcha de Sarmiento y su lema civilización versus barbarie, actualizado a los tiempos que corrían. En el poema Borges reconstruye los últimos pensamientos del doctor Francisco Laprida, asesinado por los montoneros de Aldao, trazando una clara metáfora sobre las masas que habían llegado al poder junto a Perón y que atemorizaban a buena parte de la clase media y alta de esos años que veían en ellos a un residuo del pasado: "La victoria es de los otros/Vencen los bárbaros, los gauchos vencen". Para colocar una frase antológica: "Al fin me encuentro con mi destino sudamericano".

Borges volverá sobre el tema, esta vez en compañía de Adolfo Bioy Casares, a través de un
cuento breve que muestra toda la paranoia y la parodia que este movimiento había generado en gran parte de la Argentina. Publicado en Crónicas de Bustos Domecq (1967), "La fiesta del monstruo", es considerado tanto una visión crítica del peronismo como un poco feliz ataque al pueblo; la interpretación más completa integrando ambas visiones la dió Ricardo Piglia: Yo no diría que es una parodia de El matadero.., sino más bien una especie de traducción, de reescritura. Borges y Bioy escriben una nueva versión del relato de Echeverría adaptado al Peronismo. [...] La fiesta atroz de la barbarie popular contada por los bárbaros. [...] "La fiesta del monstruo" combina la paranoia con la parodia. La paranoia frente a la presencia amenazante del otro que viene a destruir el orden. Y la parodia de la diferencia, la torpeza lingüística del tipo que no maneja los códigos. [...] es un relato totalmente persecutorio sobre el aluvión zoológico y el avance de los grasas que al final matan a un intelectual judío.

Finalmente en uno de los versos del poema "Buenos Aires", incluido en Elogio de la sombra
(1969), Borges habla del conflicto de Perón con la Iglesia: "Es la cara de Cristo que ví en el polvo, deshecha a martillazos, en una de las naves de La Piedad. Como le confesaráa a Antonio Carrizo en su programa "La vida y el canto": Eso fue cuando Perón ordenó el incendio de las iglesias, y destruyeron también una biblioteca para ciegos que había. Y luego estaba la cara de Cristo en el suelo, que la habían, sí, deshecho a martillazos. En la iglesia de La Piedad, en la calle Bartolomé Mitre".

Perón y los otros: Cortázar y Bioy

Te quiero, país, pañuelo sucio, con tus calles cubiertas de carteles peronistas, te quiero, sin esperanza y sin perdón, sin vuelta y sin derecho, nada más que de lejos y amargado y de noche.
Julio Cortázar. (Razones de la cólera)
Buenos Aires - 1950 y 1951 y París 1956


Si bien Borges puede considerarse la cabeza de lanza contra el peronismo no fue el único que escribió sobre el tema, su amigo Bioy Casares reflexiona sobre el mismo en "Homenaje a Francisco Almeyra", cuento publicado en Historia Prodigiosa
(1956), que narra la vuelta al país de un poeta desterrado para luchar contra Rosas; en el texto se plantea una discusión entre el poeta y sus amigos que intentan disuadirlo de sus ideas diciéndole que la literatura es lo más importante y es lo único que va a sobrevivir, más allá de las banderas políticas.

Entrevistado Bioy diría:
-Periodista: Pareciera que a través de ese cuento se plantea una contradicción que usted mismo tenía...
-Bioy: No, veía los dos lados. Entendía que las dos posiciones planteadas en ese cuento podían defenderse con buenos argumentos.
-P: Al hablar de unitarios y federales, ¿estaba hablando del Peronismo?
-B: Y, seguro.

Julio Cortázar poco antes de partir a Francia autoexiliado, publica su primer y ya famoso libro de cuentos, Bestiario (1951), que recoge muchas de las manías persecutorias que habían despertado en la clase media argentina la aparición de esas grandes masas populares que llenaban plazas y se lavaban los pies en fuentes. Dos de los mejores cuentos del volumen, "Omnibus" y "Casa Tomada", hablan elípticamente del tema. No es casualidad entonces que "Casa Tomada" haya aparecido primero en una pequeña revista literaria dirigida por Borges. Hacia 1947 yo era secretario de redacción de una revista casi secreta que dirigía la señora Sarah de Ortiz Basualdo. Una tarde nos visitó un muchacho muy alto con un previsible manuscrito. [...] Me dijo que traía un cuento fantástico y solicito mi opinión. Le pedí que volviera a los diez días. Antes del plazo señalado, volvió. Le dije que tenía dos noticias. Una, que el manuscrito estaba en imprenta. Dos, que lo ilustraría mi hermana Norah, a quien le había gustado mucho. El cuento, ahora justamente famoso, era el que se titula Casa Tomada".


Roberto Arlt: ver el futuro asusta


Arlt ha tenido una virtud... hubo un momento en que Arlt anticipa todo. Y eso generalmente es un trabajo de adivinos y pitonisos.
Osvaldo Soriano



Si bien murió en 1942, Roberto Arlt con su novela Los siete Locos
(1929), hace un fresco de la Argentina que vendrá, prediciendo a partir de lo que conoce e imaginando el resto con su infalible olfato. Así lo reconocerá el periodista Jacobo Timerman en su libro Preso sin nombre, celda sin número: "[sobre Argentina] de pronto todos los conocimientos y exploraciones de su historia y de su presente, todas las predicciones sobre su futuro, se aclaran en un libro relativamente breve, una extraña novela de fines de la década del 20, de Roberto Arlt, titulada Los siete locos".
El personaje más popular de la novela es el Astrólogo, un pillo (si usáramos palabras de Arlt) que quiere "organizar una sociedad secreta que no tan sólo propague mis ideas, sino que sea una escuela de futuros reyes de hombres... Nuestra sociedad se basará en un principio más sólido y moderno: el industrialismo, es decir la logia tendrá un elemento de fantasía y otro elemento positivo: la industria que dará como consecuencia: el oro. El dinero será la soldadura y el lastre que dará a las ideas el peso y la violencia necesaria para arrastrar a los hombres."

El elemento de fantasía funciona como una mentira metafísica que permite al Astrólogo adaptar su discurso a las creencias de su interlocutor, para convencerlo y utilizarlo:
"Cuando converse con un proletario seré rojo. Ahora, converso con usted y a usted le digo: Mi sociedad esta inspirada en aquella, que, a principios del siglo noveno, organizó un bandido, Abdala-Ben Maimún. Maimún quiso fusionar a los librepensadores, aristócratas y creyentes de dos razas tan distintas como la persa y la árabe en una secta que implantó diversos grados de iniciación y misterios. Mentían descaradamente a todo el mundo. A los judíos le prometían la llegada del Mesías, a los cristianos la de Paracleto, a los musulmanes la del Mahdi... de tal manera que una turba de gente de las más distintas opiniones, situación social y creencias trabajaban en pro de una obra cuyo verdadero fin era conocido por muy pocos." A partir este párrafo puede intentar entenderse como en el peronismo de los 60 y 70 convivían elementos de la extrema derecha
(Ottalagano, Osinde) con elementos de la extrema izquierda (Quieto, Firmenich). Más adelante, el Astrólogo habla sobre otro elemento a tener en cuenta para lograr el poder. Un elemento que tendrá vital importancia en el regreso de Perón a la Argentina: "Nos dirigiremos en especial a las juventudes, porque son más estúpidas y entusiastas. Les prometeremos el imperio del mundo y del amor."

La relación de Perón con los
jóvenes, especialmente con los que integraban los Montoneros, le dio el poder que necesitaba para contrarrestar a los influyentes dirigentes sindicales; lo cual no impediría que los echara de la plaza en 1973, cuando ya habían servido a sus fines y se habían convertido de los "gloriosos muchachos" en los "estúpidos imberbes".

Los propios montoneros aparecen reflejados elípticamente en el texto de Arlt: su primer acción, la que los hace conocidos, es el secuestro y asesinato de Aramburu
(que copia en cierta medida el de la novela, donde secuestran y simulan matar al primo de Erdosain) y que plantea una premisa nietzcheana que sobrevolara siempre a la organización: ser a través de un crimen. En La novela de Perón (1985) de Tomas Eloy Martínez, un personaje explicará claramente cual era la importancia de ese primer gesto que es matar a Aramburu:
"Necesitábamos sobrevivir -dice Nun- y por lo tanto necesitábamos que muriera un enemigo. Cuánto más imponente fuese ese sacrificio, tanto mayor sería nuestra existencia."

Los montoneros también repiten el esquema planteado por el Astrólogo según el cual cada nivel de su secta tendrá distintos niveles de iniciación y creencias; como aclara Giussani en su libro Montoneros: la soberbia armada: "
Había cierto pitagorismo en este aparato, cuya naturaleza era bastante parecida a las antiguas órdenes; misteriosa con sus sucesivos niveles de iniciación. Se trataba de una sociedad organizada en círculos concéntricos con distintos grados de acceso a la cumbre. Hasta parecía por momentos que había una ideología para cada círculo"

De esta manera, sin conocerlo, Arlt describirá buena parte del funcionamiento del peronismo durante los 60 y 70, incluidas las maniobras de Perón para integrar a su movimiento a corrientes adversas y a la organización juvenil más importante de esa década.

Bibliografía.

· Antología Poética. 1923-1977. Jorge Luis Borges. Alianza Editorial. 1998.
· Obra Poética 2. Jorge Luis Borges. Alianza Editorial. 1998.
· Elogio de la sombra. Jorge Luis Borges. Emecé. 1996.
· Historia de la Eternidad. Jorge Luis Borges. Alianza Editorial. 1998.
· El hacedor. Jorge Luis Borges. Alianza Editorial. 1998.
· El aleph. Jorge Luis Borges. Emecé. 1996.
· Ficciones. Jorge Luis Borges. Emecé. 1996.
· Borges. Biografía Verbal. Roberto Alifano. Plaza y Janés. Biografía. 1988.
· Borges-Bioy. Confesiones, confesiones. Rodolfo Braceli. Sudamericana. 1997.
· Homenaje a Borges. Edición Especial de La Maga. 1996.
· Los siete Locos. Roberto Arlt. Losada. 1995.
· Los lanzallamas. Roberto Arlt. Losada. 1996.
· Bestiario. Julio Cortázar. Sudamericana. 1969.
· Santa Evita. Tomas Eloy Martínez. Planeta. 1995.
· La novela de Perón. Tomas Eloy Martínez. Planeta bolsillo. 1996.
· No habrá mas penas ni olvidos. Osvaldo Soriano. Sudamericana. 1993.
· Cuentos de los años felices. Osvaldo Soriano. Sudamericana. 1993.
· Homenaje a Osvaldo Soriano. Edición Especial de La Maga. 1997.
· Critica y Ficción. Ricardo Piglia. Ediciones Siglo Veinte. 1986.
· La Argentina en pedazos. Ricardo Piglia. Ediciones La Urraca. 1993.
· Respiración Artificial. Ricardo Piglia. Sudamericana. 1988.
· Los oficios terrestres. Rodolfo Walsh. Ediciones De la Flor. 1986.
· Homenaje a Bioy Casares. Edición Especial de La Maga. 1996.
· El domicilio de la aventura. Juan Sasturain. Colihue. 1995.
· La violencia estaba en nosotros. Viviana Gorbato. Hombre Nº10. 1984.

Aclaración: el capítulo Roberto Arlt: ver el futuro asusta, es un resumen del excelente artículo publicado por Viviana Gorbato en la revista Hombre; el autor de esta nota consideró importante incluirla porque, a pesar de que Arlt no conoció el peronismo, puede decirse que describió muchos de sus mecanismos menos agraciados de manera muy acertada en su novela.

 

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