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Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



ESFÍNTER - CORTÁZAR, JULIO - COMPUNATURALEZA -

El esfínter analógico de la señorita Callamand y otros tropos

Bruno Mazzoldi
De la autoadhesión occidental de 1957 al desapego pseudo-vedántico de 1972, del egoísmo del gasterópodo liberal al suicidio del congrio guerrillero, el tránsito se efectuaba entreteniendo ambos frentes, el de los avances tecnológicos y económicos que garantizaban la democratización de los saberes sin abolir el Jack Daniels a las siete y media de la tarde

El anillo de su inmensa perfidia Giges lo saca del dedo del esqueleto de un gigante metido en un sarcófago de bronce en forma de caballo. El engarce de la joya da vueltas y si lo mantiene hacia adentro, hacia la palma, Giges ve sin ser visto, mientras al voltearlo hacia afuera él también se expone. Hasta ahí "perfecto" -lo que se dice teleeis cuando de Océano se trata, el río que circunda la Tierra desembocando en sí mismo.

Pero el bendito anillo le resulta muy grande. De hecho le toca frenar constantemente el bamboleo con el índice y el pulgar de la otra mano. De manera que si quiere dejar de ser pastor de cabras y aprovechar los privilegios del control de la propia imagen, en serio, hasta la total autonomía de su ser separado del rebaño
(porque, hay que saberlo, "el mito de Giges es el mito mismo del Yo, y de la interioridad que existen no reconocidos" - Lévinas. 32 - Trad. Guillot. 84), y si tan locamente ambiciona la omnipotencia, hasta querer usurpar el trono y la cama del hombre más poderoso del país, porque suya es "la impunidad de un ser solo en el mundo, o sea de un ser para quien el mundo es un espectáculo" (ib. 62 - Cfr. 112), de día y de noche ha de cogerse firmemente con una mano la otra, tener los dedos huéspedes, convertirse en circuito demasiado interno. Con lo cual se le aprieta el con, lo que se dice con a salvo de malentendidos, pues "con, del sánscrito (no del francés), quiere decir precisamente con, exactamente lo contrario de sin. De tal manera que por parte de con no hay dificultades ni evasivas." (De Greiff. 365)

Buen humor ni tan aparte, se le dilatan obstáculos y complican ambages al pobre Giges. Y si no quiere que la reina le vea asesinar al rey Candaulo, matarlo con un arma cualquiera se le vuelve un verdadero enredo. Aparentemente le conviene apretar el cuello del monarca en el aro de sus brazos sin soltar el candado maldito -hasta la asfixia, a las cortas la del otro, a las largas también la suya, pues le queda sobrevivir en ese mismo autocircuito hecho un teletirano, atrapado en sí mismo, vacía sortija encinta de sí, ocupada tan sólo por la muerte del Otro.

En suma y en resta, por exceso de empate consigo mismo se le reduce al mínimo la comparación, la correspondencia, la proporción matemática: otros tantas maneras de nombrar las accio-pasiones de analogein, "ser análogo", "ser proporcionado", y de analogizomai, "razono", "pondero", "deduzco", "conjeturo por analogía" -también en francés.
¿A qué viene entonces considerar que "esfinge y esfínter tienen la misma raíz: contraer"
(Lezama. 84)? Del anus al anulus, del anulus al anillo y regreso, el enigma del caso remite a la analidad del sujeto analógico y a su expansión en el fisting de la distinción entre programa y organismo, a las entrañas tesaurizadas en obediencia a la economía del Yo y su inversión inmediata en las extrañas abnegaciones del sujeto digital.

Construidos a partir de funciones reiteradas y sutiles variaciones en vista y revista del crecimiento de bloques de "self-similar morphologies"
(Hayles. 3), los simulacros de vida artificial que se caracterizan por "acumular menos inteligencia en las criaturas y construir más inteligencia en el proceso dinámico consistente en coadaptarse a constricciones ambientales bien definidas -coadapting to well-defined environmental constraints" (ib. 6-7), las criaturas virtuales y su sistema cognitivo distribuido corren el peligro de parecerse demasiado fácilmente al malhadado peregrinaje de anguilas trazando el ideograma planetario correspondiente al "tercer mundo global del hombre sin orillas" (Cortázar 1. 68), milicias de compunaturaleza pynchoniana hace rato substraída al fantasma de "la ciencia de mesados cabellos, a la señorita Callamand que cuenta y cuenta el paso de los leptocéfalos y marca cada unidad con una meritoria lágrima cibernética." (Ib. 51)

El autor de El libro de Manuel
(esa apología del Secuestro Simpático) aún se complacía en acariciar la sancta simplicitas del supuesto naturalismo tercermundano después de haber logrado sobreponerse a las veleidades individualistas que le habían inducido a considerar de qué manera "si el hombre no se pegara a su yo como un molusco, habría desaparecido hace rato, mal que le pese a las filosofías indias" (Cortázar 2. 372 - A J. Barnabé).

De la autoadhesión occidental de 1957 al desapego pseudo-vedántico de 1972, del egoísmo del gasterópodo liberal al suicidio del congrio guerrillero, el tránsito se efectuaba entreteniendo ambos frentes, el de los avances tecnológicos y económicos que garantizaban la democratización de los saberes sin abolir el Jack Daniels a las siete y media de la tarde y la ascesis subversiva del letrado religioso que, durante su segunda estancia en la India, en la residencia de Octavio Paz, meditaba sobre el alcance de las recientes enseñanzas caribeñas, habida cuenta de que un mes en Cuba le habría mostrado "hasta qué punto el Che sigue vivo en un plano donde la muerte deja de ser negativa y hasta trágica"
(ib. 1221 - A J. Bernabé), su propio plano no tan entre otros, pues "claro está, no soy el Che Guevara, no te hablo de meterme a -monter vers- la guerrilla, sino de una operación análoga pero siempre quedándome (y éste es el problema) en la poesía, en la literatura, en las únicas cosas que sé hacer. Cuba ha sido como un camino de Damasco sin conflicto -choc- visible, pues veo ahora que andaba hace tiempo a mi manera por ese camino" (ib. 1225 - A Jean Thiercelin - Trad. Bernárdez), confirmando así la alianza del fantasmático ahorro del duelo con la peculiar reinstalación de "lo aurático en lo posaurático" (Avelar. 24) caracterísitica de la estetización de la política consentida por el boom, "a contrapelo de un mundo secular y modernizado" del que esa misma política se quiso embajadora (ib. 52), no sin la satisfacción del admirador de Strawinsky enseñado al consentimiento de inocentadas obsoletas y refinados efectos de música barata como los que suscita el organillo de La Consagración de la Primavera, si botas hay que parar al otro Adorno:

"Las imágenes de la música mecánica producen el shock de una modernidad pretérita y decaída en niñería -eines vergangegenen und zum Kindischen herabgesunkenen Modernen. Lo que se convierte en puerta de entrada de lo pretérito primigenio -des Urvergangenen-, como más tarde para los surrealistas. El organillo, el que se escuchaba en una época, asume la función de déjà vu acústico, de meditación íntima. De repente, como al guiño de un artista mágico, la imagen de lo gastado y decadente debe transformarse en el remedio contra la descomposición.

Que el organillo suplante el órgano de Bach es el fenómeno primigenio del impulso espiritual llevado a plenitud por Strawinsky, a cuyo efecto su chanza metafísica puede remitirse a la analogía que une el uno al otro, el precio de la vida -
den Preis des Lebens- que la nota debe pagar por purificarse de las intenciones. Hasta el día de hoy toda la música ha debido retribuir la resonancia de la vinculación colectiva mediante la violencia contra el sujeto, mediante la entronización autoritaria de una mecanicidad."
(Adorno. 135 - Cfr. Bixio. 116)

Es esta mecanicidad de lo cursi que Cortázar execraba y elogiaba incontrolablemente, sin dar señas de la menor conciencia del confluir de gestos necesariamente contradictorios hacia el absoluto autosecuestro de las intenciones en un ex-Yo que se anhelaba auténticamente presente y libre.

Menos palabras: pendiente del lóbulo izquierdo de la criatura violada por Ediciones Sígueme que todavía responde al título de De otro modo que ser, el joyel de la expresión "trope du 'pour l'autre'" que el traductor español ha repetidamente extraviado en medio de su "grupo del 'para el otro'"
(Lévinas 2. 88 y 87 - Cfr. Pintor-Ramos. 127 y 126), exige que el tropo no se confunda con "troupeau" alguno, sea masa migratoria de ondulantes y resbalosos índices de gigantes guerreros, manada de caballos resepultos o enjambre de duendes virtuales.


Blibliografía

Adorno Theodor W., Philosophie der neuen Musik, Suhrkamp, Frankfurt/Main, 1976 (Frankfurt, 1954) - Trad. Alberto Luis Bixio, Sur, Buenos Aires, 1966.

Avelar Idelber, Alegorías de la derrota : la ficción postdictatorial y el trabajo del duelo, Cuarto Propio, Santiago, 2000.

Cortázar Julio, Prosa del observatorio, Lumen, Barcelona, 1972 ; Cartas - 3 Vs (Aurora Bernárdez ed.), Alfaguara, Madrid - Buenos Aires, 2000.

De Greiff León, "Andanzas de Ney por tierras ecuatoriales", en : De Greiff L., Obra Dispersa - 4 Vs (Hjalmar de Greiff ed.), Universidad de Antioquia, Medellín,1995-1999, V. 1º, pp. 364-366 (El Espectador, 1947).

Hayles N. Katherine, "Simulating Narratives : What Virtual Creatures Can Teach Us", en Critical Inquiry, V. 26, Nº 1, 1999, pp. 1-26.

Lévinas Emmanuel, Totalité et Infini - Essai sur l'Extériorité, Martinus Nijhoff, La Haye, 1971 - Trad. Daniel E. Guillot, Sígueme, Salamanca, 1977 ; Autrement qu'être ou au-delà de l'essence, Martinus Nijhoff, La Haye, 1974 - Trad. Antonio Pintor-Ramos, Sígueme, Salamanca, 1987.

Lezama Lima José, Diarios, Era, México, 1994.
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