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Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



IMAGEN - CONOCIMIENTO - COMUNICACIÓN - CLIENTELISMO ACADÉMICO - MASS MEDIA - VACÍO - ALIENACIÓN - FILOSOFÍA DE LA IMAGEN - VIOLENCIA -

Manifiesto de la imagen (I)

Fernando Buen Abad Domínguez
Eso maravilloso que permite capturar, alojar y cargar, con ayuda de los sentidos, el universo, un universo entero, la materia en la cabeza, se llama Imagen. Eso que resulta de transportar (expresar) el universo interior a otro universo interior, a través de algún medio y modo sensorial expresivo, es Imagen


Hacia un programa de Investigación Científica en materia de medios y modos para la producción de
Imágenes e Imaginarios -

Diagnóstico general provisional y no apocalíptico:


1.. Sobre la investigación y producción de
Imágenes e Imaginarios domina el empíriocriticismo.

2.. Hay una crisis de sobreproducción de
imágenes generadora de caos y barbarie cultural e intelectual. Se rinde culto fetichista al fetichismo. La producción de Imagen e Imaginarios se ejerce dentro de los límites fijados por las leyes del utilitarismo convencional burgués[1]. A pesar del avance tecnológico se ha detenido notoriamente el desarrollo de Imágenes e Imaginarios con estereotipos alienantes e instituciones culturales rígidas.

3.. Los trabajadores de los
medios y modos de producción de Imágenes e Imaginarios viven bajo condiciones de explotación y alienación aceleradas. Tanto los independientes como los asalariados soportan estragos del modo de producción y distribución hegemónicos que sólo depara abandono y depresión. Hay conciencia gremial limitada, poca organización y poca capacitación transformadora por miedo al desempleo y la violencia legalizada.

4.. Un cierto clientelismo académico y científico elude el debate y la investigación crítica entre docentes y alumnos frente a los
medios y modos de producción. Se incentiva poco o nada el desarrollo de protocolos o estatutos de enseñanza, investigación o creación teórica, hacia una práctica científica transformadora. En lo general el concepto Imagen se reduce a lo visual y, casi exclusivamente, se privilegia el estudio lineal de técnicas y formas de producción sin contexto ni crítica. El estudio crítico de la Imagen aparece en la pedagogía como esclava de lo visible y disuelta en un laberinto de confusiones visualistas. Hay, no pocos, devaneos mercantiles para la formación e inserción de estudiantes, investigadores y creadores dóciles, al mercado laboral hegemónico. Cierta degeneración en algunas organizaciones científicas, universitarias, ha producido grupos y tendencias sectarias de géneros diversos. En general se niegan a luchar por los intereses y las necesidades elementales de las sociedades en su situación actual. Dan la espalda a la realidad con sus verdades. Permanecen indiferentes ante la lucha interna de las universidades, a sus debates, tensiones y contradicciones. Como si se pudiera conquistar la verdad y la ciencia sin intervenir en esa lucha. Se rehúsan a poner en la práctica la ciencia con sus teorías y métodos para la transformación total de la realidad burguesa imperialista y el fascismo, camuflado como se camufle.

5.. La producción científica sobre la
Imagen, en el campo de la educación, tiene, además, tareas críticas importantes vinculadas con la transmisión de Imágenes e Imaginarios en el proceso enseñanza aprendizaje desde la escuela primaria. No están exentas de un estudio crítico las teorías y las tecnologías para la educación. Tales tecnologías son hoy aun objeto de pocas intervenciones críticas. Es imprescindible advertir el riesgo de farandulización del conocimiento en manos de vendedores de herramientas e ideas para el apoyo educativo.

6.. Hay una imagenfilio fetichista de cierto estrellato libresco dirigido por algunos poseedores del secreto mayor. Convierten el maná de la
Imagen en votos. Gurúes del poder que santiguan a sus clientes (y a sí mismos) con estrategias de mercado más o menos funcionales. Para bienes o servicios, para la farándula o la política. Hay una lógica fetichista que instaura en la Imagen poderes domesticadores sobrenaturales que constituyen un adiestramiento al consumo temprano de tecnologías e ideologías de época. Con apoyo de algunos gobiernos.

7.. Desde 1994
[2] se desarrolla un movimiento vertiginoso que ha sido capaz de producir experiencias de Imagen alternativas, independientes, rebeldes… no son una "novedad" tienen historia y herencias muy concretas, se trata de un estallido de Imágenes e Imaginarios dispuestos a construir modos y medios de producción transformadores. Con sus limitaciones y contradicciones diversas, semejante estallido debe ocupar un lugar privilegiado en las investigaciones sobre la Imagen, algunas de ellas también en efervescencia. Eso está en ciernes.

Definiciones inconclusas:

Imágenes e Imaginarios son producción social siempre. Son recuerdos, sueños, fotografías, filmes, videos, escritos, dibujos, palabras, sonidos… son estrategia de la inteligencia para adquirir y expresar el conocimiento, la comunicación y la creación.[3]

Toda producción de imágenes ha sido desigual y combinada. Objetiva y subjetiva.

Como secreción valiosísima impregnada de conciencia e inconsciencia,[4] razón e instinto, enigma y praxis la Imagen es realidad y fantasía[5] la Imagen es producción humana que a través de sus realizaciones bio-psíquicas más complejas interroga nuestra relación dialéctica entre conocer y transformar. Pero también es producción humana frecuentemente fetichizada[6] al calor de ciertos intereses dominantes que también poseen carácter alienante.

Eso maravilloso que permite capturar, alojar y cargar, con ayuda de los sentidos, el universo, un universo entero, la materia en la cabeza, se llama Imagen. Eso que resulta de transportar (expresar) el universo interior a otro universo interior, a través de algún medio y modo sensorial expresivo, es Imagen. Esa materia prima producto y productora del conocimiento, la comunicación y la creación es Imagen. Imagen que es producción material humana concreta, objetiva y subjetiva, basada en datos sensoriales, para conocer y producir conocimiento, comunicar y producir comunicación, crear y recrear el universo exterior en el universo interior de la cabeza (y viceversa). Es, también, falible, maleable y no pocas veces inefable.

La Imagen prueba, de entrada y de salida, la unidad material del universo con su diversidad formal. Esa es su magnificencia, poderío y misterio.[7] Una parte en la historia de la Imagen está plagada de ensayos fallidos, y/o acertados, para descubrir y usufructuar los mecanismos de la Imagen. Desentrañarla es una pesquisa histórica guiada por los intereses más contradictorios y extravagantes. Desde las religiones hasta las rebeliones, desde la perversión hasta la liberación. Dominar la Imagen hacerla propia, funcional o rentable ha sido pretensión y sueño de muchos. ¿Por qué? ¿Qué hay en la Imagen que suponga poder... poderes? ¿Qué hay tan seductor en dominar la producción individual y social de imágenes? ¿Qué debate o guerra se gana con la fabricación e imposición de imágenes? La historia tiene en el conjunto de las relaciones humanas, su modo y realidad, repuestas importantes. Y diversas.

Nuestra definición provisional sostiene:

Que la Imagen es materia dinámica determinada por la naturaleza, la historia, los sentidos y el trabajo; proceso en sí y parte indisoluble de procesos más complejos para la representación mental y la producción y transformación de la realidad objetiva y fantástica.

Que la Imagen es materia dinámica determinada por la naturaleza, la historia, la necesidad y los sentidos, proceso en sí y parte indisoluble de procesos psíquicos más complejos. Representación mental transformadora de la realidad y de sí en la satisfacción dialéctica de necesidades objetivas y subjetivas. Síntesis del conjunto de las relaciones humanas con el universo y consigo para la producción de hechos científicos, espirituales y fantásticos

Estas definiciones provisionales apuntan a estudiar orígenes, comportamientos y alcances de la Imagen como agente dinámico constitutivo (como ya se mencionó) de tres operaciones fundamentales: el conocimiento, la comunicación y la creación. ¿De qué medios se vale la inteligencia para ordenar con imágenes pensamientos combinados, desiguales y evolutivos? ¿Cómo correlaciona lo sensorial con lo mental, colectiva, particular, e históricamente? ¿Qué puentes establece entre lo real y lo fantástico? ¿Qué papel desempeña (entre otras funciones) con las emociones, lo onírico, la síntesis, lo lúdico, la memoria y la intuición? ¿Cómo opera entre lo mental y la práctica?

Son nuestras necesidades y las exigencias del intercambio quienes suscitan las imágenes. La Imagen cumple un papel fundamental en la transformación del mono en hombre. La Imagen ha servido como materia comodín maleable al arbitrio de la experiencia para construir resoluciones intelectivas en las que se acumula la memoria toda y una parte de ella que es útil para lo general como para lo muy particular de cierta Imagen o grupo de imágenes. La Imagen es portadora augural de sus propios devenires y es muy probable que la aparición de las primeras imágenes en el hombre hubiesen creado estupores inenarrables por lo pasmoso de un encuentro, al tiempo que resolución de necesidades, potencia viva para la construcción de la memoria, del conocimiento y de la cultura. Hoy aún no terminamos de asombrarnos.

A la relación dialéctica entre la realidad objetiva y la realidad subjetiva pertenece doblemente un grado de arbitrariedad para la producción de imágenes y un grado de libertad y de liberación de ciertas tensiones emocionales consustanciadas en toda Imagen. Es probablemente el campo interno de la creación. Y ahí no hay gobierno posible sobre las imágenes. Su comportamiento es de tipo salvaje. Instintivo. Tales imágenes pertenecen a la categoría más profunda de la identidad individual. Orbitan planos de la actividad mental que desbordan los marcos culturales con una persistencia y consistencia totalmente únicas.

En esas latitudes tanto la materia como la forma de la Imagen reordenan y rearman escenarios obedientes a su propia ley y donde la interpretación de significados pierde parcialmente jerarquías para exigir interpretación de sensaciones. Especie de sutilización de lo semántico que sin dejar se serlo muta su lógica por una más arbitraria determinada por el accidente y la variabilidad del juego de imágenes. Una especie de ruptura peculiar, con todo código, empeñada en descargar emocionalmente andanadas de conmociones emocionales. Se mezclan colores, aromas, texturas, sonidos. La materia ingresada sale de ciertos archivos conscientes y se desplaza a aquellas zonas rebeldes para reconstruirse como en un baile de máscaras donde los olores se disfrazan de sabores para convencernos de que son texturas.

Y ello genera nichos lúdicos extraordinarios tanto como picos de angustia inexplicables. La Imagen reina en esos lares como constructora aparentemente caprichosa que va dejando para la perspectiva general un paisaje cuya lógica arquitectónica escasamente es legible por esquemas convencionales. Es un hecho de creación con su estética. Una recopilación de repertorios que para el gusto o el disgusto siempre promete ordenaciones nuevas. Ese plano profundo de la subjetividad que se mantiene permanentemente tiene sus claves en el exterior. Por momentos logra exaltarse lo suficiente y expide imágenes armadas con ingredientes de circunstancia.

Unas veces más intensa que otras, más tenue o luminosa según cierto azar propio. La Imagen hace suyo lo profundo, lejano y extenso para acercarlo a lo inmediato, cercano y específico. Red de planos y dimensiones obediente al arbitrio de las necesidades. Red de luz transparente y expansiva. Retícula sobre la totalidad de las experiencias; síntesis y proyecto inmensurable. Violencia de espacios y tiempos fiel a lo accidental, lo histórico y lo social. Individual, colectiva y viceversa. Tiene por garantía el vacío. Se expande sobre él cardinalmente para alimentar diálogos y debates con el caos. No es deidad, no es curiosidad, no es fatalidad.

Al lado de esas intenciones que emplazan el fenómeno de la Imagen como hecho estrictamente cerebral, hay que presentar hipótesis más amplias que incluyen la totalidad de los sistemas sensomotrices con sus funciones de regulación y su carácter vehicular proveedor de información y estímulos. Además hay que considerar el papel determinante de las relaciones sociales, su tipo e historia y el modo en que las mismas se desarrollan. Es decir el conjunto de las relaciones también sociales es materia prima de la Imagen. El fenómeno de la Imagen es irreductible a lo neurofisiológico y tiene como función primordial generar la praxis en la gestación, consolidación y evolución del conocimiento, la comunicación y la creación.

Si la imagen se comporta como suponemos, es decir como producción de la tensión dialéctica entre varias líneas de la experiencia y la necesidad. Si de inmediato ese choque genera sobrecargas en todas las líneas de la red y, por tanto, otros choques o chispazos. Si esto sucede, además, en todas direcciones y dimensiones con una intensidad tal que logra inquietar el ánimo general de individuos o grupos; el problema de la investigación es extraordinariamente complejo y amplio. Compete a la Epistemología, a la Semiótica y a la Estética entre otras disciplinas. ¿Debe estudiarse la Imagen también como materia de ciencia física, natural, y/o social? ¿Qué metodología está habilitada y/o habilita semejante complejidad?

Más allá de los imperialismos de la imagen, que la pretenden propiedad exclusiva para la imposición de modelos ideológicos, y muy al margen de las prepotencias estético-mercantiles, la imagen continúa siendo un acontecimiento irreductible y problematizante. La necedad comunicacionalista de algunas teorías empeñadas en apropiarse la Imagen, quiso hacernos creer que la reiteración, saturación, posicionamiento publicístico son clave de un saber incuestionable. Produjeron con reduccionismos tantas confusiones y engaños que es necesario hoy replantear medios y modos para el estudio de la Imagen.

Hace un programa de investigación cuya capacidad crítica puntualice eso que, en lo individual y colectivo, poseemos para pensar y liberar la riqueza de las imágenes. Nada más aterrorizante que la idea de direccionar la producción natural de imágenes a cambio de "mundos felices" donde todos se someten al "modo de producción" para imágenes, verticalista, autoritario y domesticador.

Hoy se llama Imagen a casi cualquier signo icónico, portador de discursos verticalistas. Se llama "imagen corporativa", "imagen pública", "imagen política", "imagen publicitaria", "civilización de la imagen", etc., en una época en que los signos se cretinizaron para sustituir las expresiones humanas más genuinas.

El estudio de la Imagen no puede prescindir de una ética que obligue a poner en claro peligros y consecuencias, que sobre la historia de la cultura, inflige toda alienación humana. Esta investigación sobre Filosofía de la Imagen privilegia la creación sobre la erudición sin reñirlas. Pone énfasis en la importancia de expandir el conocimiento para obedecer al carácter bacteriológico y creativo de la Imagen con sus potencias exteriorizantes, liberadoras del espíritu... sus enigmas y promesas, es decir, la vida misma.

Notas:

[1] En todo el mundo, gigantescos conglomerados se apoderan de los medios de comunicación. En Estados Unidos, donde las normas contra las concentraciones en el campo audiovisual se abolieron en febrero de 2002, America Online ha comprado Nestcape, la revista Time, la Warner Bros y la cadena de información CNN; General Electric, la empresa mundial más importante por su capitalización bursátil, se ha hecho con la NBC; la firma Microsoft de Bill Gates reina en el mercado de los programas informáticos y quiere conquistar el de los videojuegos con su consola X- Box, mientras que con su agencia Corbis domina el mercado de la fotografía de prensa; la News Corporation de Rupert Murdoch ha asumido el control de algunos de los periódicos británicos y estadounidenses de mayor difusión (The Times, The Sun, The New York Post) y posee una red de televisión por satélite (BskyB), una de las cadenas de televisión de Estados Unidos (Fox) y una de las principales empresas de producción de películas (20th Century Fox).En Europa, Bertelsmann, la mayor editorial del mundo, ha adquirido RTL Group y controla actualmente en Francia la cadena de radio RTL y la cadena de televisión M6; Silvio Berlusconi posee las tres cadenas privadas de televisión más importantes de Italia y controla, como Presidente del Consejo, el conjunto de las cadenas públicas; en España, el Grupo Prisa controla el diario El País, la Cadena SER, el canal codificado Canal Plus y un polo de editoriales. En Francia, la crisis del mercado de la publicidad, la caída en las ventas de periódicos y la llegada de los diarios gratuitos han llevado al reagrupamiento de las publicaciones periódicas, favoreciendo la entrada de industriales en el capital de las sociedades de prensa que se encuentran en dificultades. En este contexto, el desmantelamiento de Vivendi Universal Publishing (VUP) ha provocado un cambio radical. El grupo Dassault, presidido por Serge Dassault, hombre de derechas que obtuvo la alcaldía con los votos del Frente Nacional y que ya controla Le Figaro y numerosos periódicos regionales, ha podido adquirir de este modo el semanario L'Express, la revista Expansion y catorce publicaciones más, convirtiéndose, mediante la empresa Socpresse, en el primer grupo de prensa del país. Por otra parte, el grupo Lagardère, presidido por Jean-Luc Lagardère, hombre igualmente de derechas, próximo a Jacques Chirac, que constituye el principal editor de Francia (Hachette, Fayard, Grasset, Stock, etc.) y que ya posee diversos periódicos regionales (Nice-Matin, La Provence), domina el sector de las revistas (Paris Macht, Elle, Tele 7 Jours, Pariscope, etc.) y controla la distribución de periódicos a través de la red de quioscos Relay y de las Nouvelles Messageries de la Presse Parisienne (MNPP), ha comprado el polo editorial VUP (Larousse, Robert Laffont, Bordas, etc.), convirtiéndose en uno de los gigantes europeos de la comunicación y no oculta sus deseos de absorber bien Canal Plus o bien la cadena de televisión pública France 2. Estos dos grupos -Dassault y Lagardère- tiene en común la inquietante particularidad de haberse constituido en torno a una empresa central dedicada a la actividad militar (aviones de caza, helicópteros, mísiles, cohetes, satélites, etc.). El viejo temor se ha hecho realidad: algunos de los principales medios de comunicación están ya en manos de los vendedores de cañones. En este momento en el que se producen las tensiones con Irak, es de imaginar que estos medios de comunicación no se opondrán enérgicamente a una intervención militar contra Bagdad. El apetito voraz de los nuevos señores de la comunicación ha llevado a otras publicaciones a buscar una orientación crítica para poder escapar a su control. El grupo Le Monde (2), por ejemplo, se ha aproximado recientemente a las Publications de la Vie Catholique (Télérama, La Vie) adquiriendo el 30% del capital, así como al semanario Le Nouvel Observateur, y proyecta colocar una parte de su capital en bolsa.

[2] Se hace referencia al levantamiento zapatista del 1º de enero de 1994 y en especial a su capacidad de producción y reproducción colectiva y mundial de Imágenes e imaginarios apoyada en medios y modos di-símbolos.

[3] Imagen: " Es usual llamar imágenes a las representaciones que tenemos de las cosas. En cierto sentido los términos "imagen" y " representación" tienen el mismo significado. Pueden emplearse asimismo "imagen" e "imágenes" para designar las representaciones "enviadas" por las cosas a nuestros sentidos. Así Epicuro indica en su carta a Heródoto que las imágenes sobrepasan en finura y sutileza a los cuerpos sólidos y poseen también más movilidad y velocidad que ellos, de tal modo que nada o muy pocas cosas detienen su emisión. No afectan solamente al sentido de la vista, sino también a los oídos y el olfato; las sensaciones experimentadas por estos son causadas asimismo por irradiaciones de imágenes. El concepto imagen ha sido usado con mucha frecuencia en psicología. En la mayor parte de las ocasiones se ha entendido como la copia que un sujeto posee de un objeto externo. Aunque las opiniones sobre el modo como se produce tal copia, y aun sobre la naturaleza de la misma, han variado mucho a través de las épocas, ha habido un supuesto constante en casi todas las teorías sobre la imagen psicológica: el de que se trata de una forma de realidad interna que puede ser contrastada con otra forma de realidad externa. La mencionada doctrina de los epiúreos acerca de los "simulacros", las tesis escolásticas sobre la naturaleza de las especies inteligibles, y muchas teorías psicológicas modernas que han intentado explicar psicofisiológicamente La aparición de las imágenes no difieren entre sí considerablemente." Nicola Abbagano. Diccionario de Filosofía.

[4] " Inconsciente e imaginería: Una de las ideas fundamentales que supone el enfoque psicoanalítico del espectador dela imagen consiste pues, en subrayar la estrecha relación entre inconsciente e imagen: La imagen "contiene algo de inconsciente, de primario, que puede analizarse"; inversamente, el inconsciente - contiene - imágenes, representaciones. A decir verdad, es imposible precisar de que modo está presente en el inconsciente esta imaginería, puesto que, casi por definición, el inconsciente es inaccesible a la investigación directa y sólo indirectamente es cognoscible a través de las producciones sintomáticas que lo traicionan. El hecho de que, en estas producciones sintomáticas, desempeñen un papel las imágenes, no dice evidentemente nada sobre su existencia en el inconsciente, y esta cuestión sigue siendo una de las más especulativas de toda la doctrina freudiana. No iremos, pues, más lejos, sino para operar fugasmente un acercamiento entre esta imaginería inconsciente y otras formas de imaginería "mental". Ya hemos mencionado el llamado pensamiento visual, pero a lo que se alude aquí es más bien se llama conscientemente imágenes mentales. El acercamiento parecerá escandaloso a algunos, puesto que fue desde una de las ciudadelas del cognitivismo ( del antipsicoanálisis pues), en el MIT (Masachusets Institute of Technilogy ) donde se realizó hace unos diez años el estudio de las imágenes mentales. Pero nos ha parecido posible, e incluso útil, realizarlo en un libro que no pretende tomar partido entre diversas verdades reveladas y sus profetas, sino enumerar lo que existe. El debate sobre las imágenes mentales es más o menos el siguiente: dado que innumerables experiencias y la introspección usual ponen en evidencia la existencia de imágenes internas a nuestro pensamiento, ¿ Cómo concebir éstas imágenes? ¿ Son ( posición pictorialista) verdaderas imágenes, en el sentido de que, al menos parcialmente y en cuanto algunas de ellas, representan la realidad según el modo icónico? ¿ O son ( posición descripcionalista) representaciones mediatas parecidas a las representaciones del lenguaje? La querella es más sutil de lo que dejan suponer las palabras "imagen" y "lenguaje", pues todo el mundo está muy de acuerdo en que no se trataría de imágenes en el sentido cotidiano, fenoménico de la palabra. Acaso una de las maneras más esclarecedoras de exponerlo es ésta : es "imagen mental" lo que en nuestros procesos mentales no podría ser imitado por un ordenador que utilizase información binaria. La imagen mental no es, pues, una especie de "fotografía" interior de la realidad, sino una representación codificada de la realidad (aunque estos códigos no sean los de lo verbal). Pero por otra parte, se han provocado en los laboratorios de psicología situaciones en las que los sujetos confunden imaginería mental y percepción, y que parecen indicar la existencia de similitud funcional entre las dos. Muchas hipótesis actuales sobre las imágenes mentales (cuya realidad nunca se pone en duda), giran al rededor de la posibilidad de una codificación que no sea ni verbal ni icónica, sino de una naturaleza de algún modo intermedia. Sin que nunca haya estado sometida a procedimientos experimentales del mismo orden, es posible, si no probable, que pueda decirse otro tanto de la imaginería inconsciente. No es en cambio, posible ir más lejos. Nadie sabe, ni siquiera el enfoque cognitivista, cómo informan y "encuentran" las imágenes reales a nuestras imágenes mentales, a fortiori las imágenes inconscientes." Jaques Aumont La Imagen pp123, 124

[5] Fantasía: (del griego fantasía: imagen psíquica, fruto de la imaginación). Imaginación que se caracteriza por una especial fuerza, por la brillantez y lo extraordinario de las representaciones e imágenes creadas. Diccionario soviético de filosofía Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo. 1965 páginas 169-170

[6] Fetichismo: (del portugués "feitiço": artificial, fabricado). Veneración de objetos y fenómenos de la naturaleza; es una de las formas tempranas de la religión de la sociedad primitiva. El término "fetichismo" fue propuesto por el historiador y lingüista francés Charles de Brosses (1760). Al no conocer la esencia de los objetos materiales, el hombre les atribuía propiedades sobrenaturales, creía que dichos objetos (fetiches) daban satisfacción a sus necesidades. El fetichismo se halla relacionado con el totemismo y con la magia. Forma parte de muchas religiones modernas (adoración de iconos, de la cruz) (Fetichismo de la mercancía). Fetichismo de la mercancía Representación tergiversada, falsa e ilusoria del hombre acerca de las cosas, mercancías y relaciones de producción; surge cuando impera el régimen de la producción de mercancías basado en la propiedad privada, sobre todo bajo el capitalismo. La aparición del fetichismo de la mercancía se explica por el hecho de que los vínculos de producción entre los individuos, en la sociedad basada en la propiedad privada, no se establecen de manera directa, sino a través del intercambio de cosas en el mercado, a través de la compra y venta de mercancías, adoptan la envoltura de una mercancía (se materializan), y, como consecuencia, adquieren el carácter de relaciones entre cosas, se convierten aparentemente en propiedades de las cosas, de las mercancías. Las cosas, las mercancías creadas por los hombres empiezan, en apariencia, a dominar sobre los propios hombres. Esta materialización de las relaciones de producción entre los hombres, de la dependencia en que el hombre se encuentra respecto al movimiento espontáneo de las cosas, de las mercancías, constituye la base objetiva del fetichismo de la mercancía. En los hombres surge la idea ilusoria de que las cosas mismas, las mercancías, por su propia naturaleza, poseen ciertas propiedades misteriosas, que en realidad no poseen. El fetichismo de la mercancía oculta la verdadera situación: la subordinación del trabajo al capital, la explotación de la clase obrera. En la superficie de los fenómenos, los relaciones entre los capitalistas y los obreros aparecen como relaciones entre poseedores iguales de mercancías. Todas las ideas ilusorias sobre la igualdad y la libertad engendradas por el capitalismo se apoyan en dicha forma tergiversada, inevitable en la sociedad capitalista, en que se manifiestan las categorías económicas. La economía política burguesa, vulgar, utiliza el fetichismo de la mercancía con el propósito de encubrir la auténtica naturaleza del capital y ocultar la causa verdadera de la explotación de la clase obrera. El primero en develar el secreto del fetichismo de la mercancía, sus raíces, su base objetiva, fue Marx. El fetichismo de la mercancía tiene un carácter histórico; desaparecerá cuando se aniquile el modo capitalista de producción. Diccionario soviético de filosofía Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo. 1965 página 172

[7] "Lo que quiere decir que, fuera de nosotros, independientemente de nosotros y de nuestra conciencia, existe el movimiento de la materia, supongamos ondas de éter de una longitud determinada y de una velocidad determinada, que, obrando sobre la retina, producen en el hombre la sensación de este o el otro color. Tal es precisamente el punto de vista de las ciencias naturales. Las mismas explican las diferentes sensaciones de color por la diferente longitud de las ondas luminosas, existentes fuera de la retina humana, fuera del hombre e independientemente de él. Y esto es precisamente materialismo: la materia, actuando sobre nuestros órganos de los sentidos, suscita la sensación. La sensación depende del cerebro, de los nervios de la retina, etc., es decir, de la materia organizada de determinada manera. La existencia de la materia no depende de la sensación. La materia es lo primario. La sensación, el pensamiento, la conciencia es el producto supremo de la materia organizada de un modo especial. Tales son los puntos de vista del materialismo en general y de Marx y Engels en particular" Lenin: Materialismo y Empiriocriticismo pp 29

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